Había panza de burro
Un martes a las tres en punto se fue. Un martes a las tres en punto se
me fue el amor, la vida. Fue justo después de almorzar. Sí, un martes de verano
a las tres de la tarde. Cogió sus bártulos y sin pensarlo, casi sin ruido, me
dijo que se iba. Un martes -¡hay que joderse!- a las tres en punto se me rompió
el corazón en mil pedazos imposibles de recomponer. Aquel día estaba nublado,
había panza de burro...
4 comentarios:
Paso a tu blog a distraerme un rato leyendo textos bellos y me encuentro con otro corazón roto. Por eso las palabras con tan necesarias, para saber que no estamos solos, que otros han pasado por lo mismo, que sobreviviremos.
En martes, ni te cases ni te embarques ni dejes que te rompan! Un abrazo.
¡Cuánta razón tienes, Patricia. Espero que tu ratito por aquí haya sido agradable... Lo mejor es que aunque parezca que no, siempre se sobrevive. Me apunto lo de los martes Un abrazo fuerte ;)
un martes como hoy que vuelvo a pasar por tu blog leo algo sobre un martes que algo paso...
La vida está llena de casualidades... ;)
Publicar un comentario