Se asomó a la
permeable ventana azul y se topó de frente y sin ambages con su pasado, con
todos aquellos recuerdos de un tiempo mejor, cuando lo era todo... Los días
habían pasado y su cara ya no era la misma, el paso del tiempo se le notaba
demasiado. Tampoco era igual su ánimo. Todo había variado abrumadoramente. No terminaba
de acatar lo irremediable, que las agujas del reloj no se detienen y que, en
ocasiones, traen nuevas que no son nada buenas. Se había quedado aparcado en
una cuneta de aquella estación que le había sido tan propicia, aquella en la
que todas las flores brillaban y la lluvia sólo le alcanzaba en verano. Ahora se
miraba al espejo y, desconsoladamente, no se reconocía.
'Sorry to se me go', de Teddy Thompson
2 comentarios:
Una vez más me pasa lo mismo que otras veces en tu blog: me siento plenamente identificada. A veces pienso que se me está pasando el arroz de estar a tiempo de hacerme un retrato de Dorian Gray, pero sé que tampoco sería solución.
Eres capaz de condensar en un párrafo toda una vorágine de sensaciones que me agobian y angustian. Excelente, de corazón. Abrazo!
Ojalá Patricia pronto las angustias y agobios se esfumen para siempre ;)
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