Aquella casa estaba
vacía de palabras. Nadie decía nada en voz alta. Allí nunca nadie había leído
un libro y mucho menos había recitado una poesía. Así, era muy complicado que
aquel desdichado vástago se entregase al gozo de la lectura. Bajo esta triste maldición
creció, pero sin saber muy bien el modo en que lo hizo un día cayó entre sus
dedos una novela de amor. Se dejó llevar y pronto se supo atrapado por aquellas
desdichadas letras. Gracias a ellas entraba en otro mundo, uno en el que la
gente actuaba de una forma distinta, que transitaba las líneas de la vida de
puntillas o dando volteretas. Él sólo había visto a gente que sólo andaba en
línea recta. Había unos que luchaban y otros que, rendidos, se dejaban hacer. Ellas,
por su lado, eran traviesas y les gustaba vivir mientras ellos se empeñaban en
gastar su frágil tiempo en el difícil arte del aburrimiento. Cuando cerró
aquellas tapas duras y de cartón, supo que a partir de aquel día ya nada sería
igual.
'A song about love', de Jake Bugg
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