El grifo gotea. Las gotas de agua caen una tras otra y se amontonan por culpa del tapón del fregadero que no les permite continuar viviendo libres rumbo al mar. Las miro desde lejos. Las veo juntarse y no hago nada para evitarlo. Sigo impasible, sin hacer nada, como linterna sin pilas. Agotado. Soy igual que un elefante, después de haber llegado a su cementerio. Espero. Simplemente, pero alejado del rencor. Oigo rumores que no me gustan, comentarios que nacen de la rabia y sé que yo estoy lejos de ese lugar, pero no bajo la guardia. El amor, unos ojos bonitos y una cicatriz bien puesta son argumentos suficientes para no permitir que mi corazón se estruje al son del rencor. Puede que haya alguien que crea que tengo argumentos de sobra para dejarme llevar por la cólera, pero estoy en otro mundo. He pasado de fase y regreso a la última gota de agua que se ha muerto, tragada por el resto, en el fondo de mi fregadero.
Pdt. La canción de hoy me recuerda a mi pasado. A noches de risas, caderas y alcohol. Y a Lucena. Un abrazo donde quiera que estés.
http://es.youtube.com/watch?v=v9QvXJu5Q-Q
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