Al final he descartado la posibilidad de viajar a Tinduf en junio. Cuatro días con sus noches en un campo de refugiados. Cerca del desierto y de los desterrados. Era una buena oportunidad para contar cosas de cerca. De las que de verdad importan. Otra vez será. Siempre hay tiempo para decir y para que te escuchen. Al final cambié la arena cálida argelina por los volcanes majoreros. El 26, en apenas diez días, estaré en la primera capital del Archipiélago, Betancuria, invadido por la cultura más cool de las Islas y podré descubrir en carne propia qué diablos es el tan cacareado ‘Septenio’. Será un viaje relámpago. De esos a los que ya me he acostumbrado. Casi que ya no sé viajar de otro modo, con tiempo, como antes, cuando era pequeño y cada vuelo requería de semanas de preparación. Había todo un ceremonial por el que se debía pasar para llegar finalmente a buen puerto. Pero esos tiempos quedan lejos. Y en nada estaré en el origen, allí de donde venimos escuchando trompetas.
http://es.youtube.com/watch?v=iZL2Swij9kQ&feature=related
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