martes, 2 de diciembre de 2008

La pobreza, lo rancio, el frío en las paredes...

Hay olores que nunca se olvidan. Sensaciones que tampoco, que forman parte de tu piel. Que van contigo. Un lunar más. El otro día mirándome al espejo, ese extraño que decora mi cuarto de baño, descubrí demasiados en mi piel y me vino a la mente una idea. El otro día leí que un estudio confirmaba que incluso dos generaciones después de que una familia supere la pobreza, existen actitudes, ansiedades e inseguridades que surgen alrededor de un sentimiento de desprotección. Es llamativo que, psicológicamente, la miseria deja huellas imborrables. Aunque te enriquezcas, tu mente y tu cuerpo recuerda las huellas de tu pobreza anterior, decía el texto. Lo mezclo todo en mi particular batidora y saco mis propias conclusiones, pero sabiendo que a mí el pasado también me ha tejido surcos complicados y que me cuesta borrar. Y sé de la pobreza, lo rancio, el frío en las paredes... el pasado. Los años ochenta que no volverán y respiro aliviado.

http://es.youtube.com/watch?v=maZUMTBhjR0

Pdt. La canción se llama 'Extrema pobreza' y es de Iván Ferreiro. Este amor se apaga, se apaga, se apaga...

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