miércoles, 31 de diciembre de 2008

El año que dejé de respirar

Palabras. No sé cuantas. Tal vez demasiadas. Este año ha estado cargado de ellas. Bonitas y feas, que también las hay. No en vano éste es el más largo de la historia. Dicen que tiene un segundo más que el resto. Y debe ser cierto porque se me ha hecho eterno. Me cuesta mirar hacia atrás. Han pasado demasiadas cosas. Enero comenzó con un beso sin sabor a nada. A ese le siguieron otros extraños. Risas y la primera despedida del año. La primera retirada llegó días después, a las puertas del carnaval más doloroso que he pasado nunca. Me recuerdo llorando de pena, sin consuelo, disfrazado de tristeza. Lo de revisar los últimos 365 días se me hace cuesta arriba, lo reconozco. Un ejercicio harto doloroso. El 17 de febrero supe de tu lengua y de tus dedos que tengo presentes. En marzo salió el sol. Un nuevo empleo y renovadas ilusiones. La segunda despedida también fue complicada. La nena se me fue a África y yo me quedé yendo a la playa a ratos. Las siguientes semanas pasaron despacio. Yo no andaba. Halaban de mí y me olvidé de respirar. Mi vida estaba llena de cosas, pero no me daba cuenta. Todo pasó muy deprisa, a la velocidad de la luz, hasta que la existencia se me paró en seco. Fue justo cuando El canto del Loco dejó de cantar. Después tomé la decisión más difícil de las que he tomado nunca. También dije en voz alta cuánto quiero. Sin esconderme y mirando a los ojos. De verdad. Con calma. Sin lágrimas. En todo este tiempo se me había olvidado decirlo. Fue una despedida complicada, aquella del día del Orgullo. Igual que la de agosto. Desde ese día vivo en mi nueva casa, llena de sonidos amables. Tuve que tomar el timón, ya no había nadie que halase de mí, ni por el cual respirar distinto, mejor. Ni a quién cuidar. Solo yo y mis circunstancias por lo que me tocó reivindicarme. En estas he ido descubriendo nuevas caras. Gente que me da fuerza, luz y ganas de continuar. También ha habido viajes, esperas en el hospital y un temible cielo azultokio. Y pienso en que sí que es difícil hacer balance o resumen. También en que me compré un pijama y he dormido sin compañía en dos hoteles de lujo. Evito recordar los temores, que los ha habido, y los malos ratos. Los silencios y las decepciones. Me quedo con que, si dios quiere, 2008 pasará pronto cual tormenta de verano llena de cosas. Y me pregunto qué pasará mañana...

http://es.youtube.com/watch?v=ksX7Wy7aeF0

Pdt. Desde la primera vez que oí esta canción del 'Arrebato' supe que debía estar aquí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Azultokio:

Quiero que sepas que este rincón que has elegido para la reflexión existencial ha sido uno de mis compañeros durante el 2008. Espero que el 2009 te traiga la fortaleza y la felicidad que te mereces. Yo también he dormido solo en dos hoteles de lujo este año... pero sin pijama nuevo. Nos leemos por aquí.

Un fuerte abrazo

Ce Castro dijo...

gracias majete... y para este año q arranca dentr d 1 rat ojalá se t cumpla alguno d tus dseos... un abraz