91 horas. Me han robado, 91 horas. Una pregunta tonta y la respuesta me deja en el aire. Como si todo dejase de existir. Sin aire, sin luz y sin agua. Una losa difícil de llevar. Un golpe que me devuelve al fango, cuando todo comenzaba a marchar. Las risas dejan de serlo y los tacones suenan, una y otra vez, correteando por ese pasillo entre tinieblas que sólo tiene puertas de cristal cerradas a cal y canto. Lo real se desvanece entre los dedos y no sé a dónde mirar. Y quieres –con tu sonrisa de plástico y tu perro atolondrado- que nada sea como es, aparentar que aquí no ha pasado nada, pero sí. Sí que pasó y, por eso, se me han llevado 91 horas de vida. Y ahora, quién me las devolverá tras tanta tormenta atroz. Devastadoras, que dejan yerma toda la tierra que toca y pisa. Lo único que queda, esperar a que el cántaro se rompa de huir tantas veces de la fuente de tu indiferencia.
http://www.youtube.com/watch?v=zYt4EbTWpes
Pdt. Si nadie lo remedia pronto llegaremos a las 7.000 visitas. Tal vez, por eso, sea bueno quedarme con una de las frases de la canción de hoy... Llámame cuando no sientas calor en tu piel...
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