Sábado de derbi. En Santa Cruz nadie habla de otra cosa ¿Quién ganara? ¿El qué? ¿Por qué? Mientras estas dudas me asaltan preparo mis bártulos para huir. Rumbo al norte, cuando otros ya están en el sur. Lleno mi mochila y pongo una foto. Chocolate con churros, en una cafetería de la capital. Me detengo un segundo y recuerdo. Palabras y los segundos volando a toda pastilla. Me dices que mientras unos sólo piensan en sí mismos, nosotras en los demás. Esto debe ser por culpa de nuestra educación catolicísima. No encajamos en este mundo liviano y de placeres mundanos, de usar y tirar. También coloco una canción, se la tengo que llevar a Lucecilladelcampo. Dicen que somos iguales y yo guardo silencio. Termino de llenar mis bolsillos de arena escuchando cornetas y tambores. Mientras unos tocan porque una mujer sigue sin aparecer, otros, ajenos a la crisis, sólo piensan en el partido del siglo. Como un poco de arroz. Sorprendentemente me ha quedado bastante bueno. Rebaño el plato. Tomo un poco de jugo de zanahoria. Sí, jugo, digan lo que digan. Y cuando quiero darme cuenta suena la alarma del reloj. Debo marcharme, lejos del derbi y de Santa Cruz...
http://www.youtube.com/watch?v=TvHEGSnGDl8
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