Cifras y números. Y cansancio. Mucho. Casi sin pensar, así me he pasado el día, sin poder recrearme en las cosas bonitas de este mundo, ni en las del pasado que ya –afortunadamente- no regresarán. Desde mi sillón veo ‘La chica de ayer’. Sí, la serie en la que Ernesto Alterio es Samuel Santos. Antes, mientras paseo con mis pantalones rotos de principios de los 80 me tropiezo con caras diferentes, con cinturas de colores y manos al viento. Y creo que mi nuevo mundo ha dejado de darme vértigo porque, sencillamente, me gusta. Ese es un mérito que sólo se debe a mis esfuerzos, mis lágrimas -que ya se han ido de vacaciones- y a los que ahora sí me rodean para abrazarme. Entrelazo los caprichos de este destino y encuentro a gente que piensa igual que yo y a otros que no. También se me cruzan ojos y trenes que deseo tomar. Y sigo sin gafas de sol, pero mi barba ahora es divertida. Cosas de la vida. Al final del día todo da vueltas y mis pies comienzan a moverse. Se distraen con la música que siempre suena de fondo y no quiero que esta tranquilidad finalice jamás. También despierto en mitad de la noche y pienso en ti. En tu voz, tu nombre que me desarma, y sobre todo en cómo me miras...
http://www.youtube.com/watch?v=xm3xooYZ7vg
Pdt. Un buen día. Por eso ración doble. La Gaynor en español y 'La chica de ayer'. ¿Qué más se puede pedir?
http://www.youtube.com/watch?v=-8nXa6whT0Y
1 comentario:
Pues que esos pies no paren se moverse, seguro que encontrarás muchas razones para que eso sea así. Un abrazo
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