Cuando ya creías que estaba todo perdido aparece Barry Manilow y todo comienza a girar de nuevo. Todo da vueltas y sonríes. Estás en Copacabana y la música se toca, se respira y se traga a bocados. Nada se detiene porque sabes que esto es lo que has buscado siempre. Magia. Sol y manos. Por todas partes. Descansas un segundo para tomar aire fresco y al fresco de la esquina, y te retiras unos metros del centro de la pista y de los focos taquicárquicos. Coges tu móvil, sin llamadas perdidas, y empiezas a llamar a todas las que importan ahora. No se oye nada. Gritas, pero no hay manera. Lo haces hasta que todo vuelve a detenerse. Barry Manilow vuelve a la carga y regresas, cual ballena recién nacida, al centro de la pista y sabes que ésta es la definitiva...
http://www.youtube.com/watch?v=8Rx9E8ET2g0
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