Sobre el agua. Caminas sobre el agua, después de tu travesía por el desierto. Dices, hablas, sientas cátedra y alzas al vuelo todos tus saberes, acumulados en todo este tiempo. Todo ahora que estás recuperado. Miras a tu alrededor y concluyes, quizá, que tu pasado no haya sido bueno o que no haya merecido la pena. Tal vez en ese saco también metas a los que pasaban o pasábamos por ahí… Entre tanto me toca mirar hacia atrás y deseo hacerlo con benevolencia, siendo generoso. Busco el antónimo exacto a la palabra renegar. De eso se trata. Justo de lo contrario, aunque haya sido doloroso y con espinas. Pero también fue bueno porque gracias a él hemos llegado hasta aquí en un día como el de hoy, en el que la mar está un poco picada, el sol tímido no calienta demasiado y miro mi reloj con insistencia pensando que con mi actitud el tiempo puede transcurrir más rápido.
2 comentarios:
Me encanta tu blog, tiene una estética, sonoridades y contenidos absolutamente armóniosos.
Sólo puedo decirte que muchas gracias por contarme qué te parece este blog. Hay días que está bien oír palabras amables... Un abrazo.
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