Y otra vez a vueltas con el tiempo, con su paso atolondrado. A veces me empeño en que su paso se acelere y otras, que se detenga irremediablemente. Nunca llueve a gusto de todos y menos en tiempos de sequía. Los aviones que vuelan disipan las nubes de tormenta y también todas las dudas. Al final solo quedan los relojes que nunca se detienen, aunque ya no tengan batería. A mí tampoco me queda demasiada. Tal vez por eso siempre quiero que todo suceda ya, cuanto antes. Se me agota el tiempo y no tengo más.
Girls and boys, de Blur.
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