Un pequeño e insignificante zurcido
Allí estaba aquella camiseta, esperando a que se
decidiera pronto. Solo necesitaba un pequeño e insignificante zurcido. Un esfuerzo
minúsculo, pero el polvo había ganado aquella batalla y se acumulaba en la
percha malva. Su vida se había vuelto a detener y eso que había luchado por
evitarlo con todas sus fuerzas. También esperaba la tierra del balcón o la
tonga de cartones de la despensa. Había mil tareas pendientes, pero no tenía
fuerzas para acometerlas. Se engañaba y decía que lo haría más tarde. Le hubiera
gustado ponerse a limpiar los quemadores o a limpiar el polvo de las lámparas. Cuánto
hacía que no lavaba las cortinas… También habría que arreglar el grifo del
lavamanos o comprar el centro de mesa para reponer el roto en navidad. El transistor
también andaba averiado y las bisagras iban justas. Todo era como una montaña,
de esas que por complicadas comienzas a subir con ímpetu, pero las fuerzas se le
evaporaban demasiado pronto, tanto que a poco que subiera siempre le presidía
la sensación de derrota. Y de derrota en derrota vivía, solo ansiando una cosa:
que mañana fuera otro día…
Pd. Espero que el 13 de hoy sea bueno y solo traiga cosas bonitas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario