M hoy me ha dicho la verdad. Algo había en el aire, el frío había desaparecido. Sabía lo que me iba a confesar, pero era un trago que tenía que pasar. Allí estaba, de pie, esperándome y con cara de circunstancia. A mí me costaba mirarle a los ojos porque sabía que desde hoy no iba a haber más sonrisas. Le dejé hablar, aunque ido no le escuchaba bien. Me ha dicho la verdad y he intentado que no se me notara la pena, que no se me colara por las rendijas. No he podido evitar algunos silencios, pero me he afanado en llenarlos con palabras. Le he contado alguna de esas tonterías vanas que me reservaba para una noche de verano o para cuando recorriéramos la campiña francesa, sólo para quitarle hierro al asunto. Para que no se note. He procurado sonreír. Dios sabe que lo he intentado y le doy gracias porque creo que a pesar del dolor, el golpe lo he recibido más o menos bien. Lucho para salvarme de la tristeza… Después no atinábamos a decir nada. Él parecía tranquilo y yo, no sé… Me acompañó un trecho y al quedarme verdaderamente solo me esforcé en respirar. Anduve recordando canciones tristes, del Canto del Loco y con un millón de ideas en la cabeza, todas dándome vueltas al mismo tiempo. Tardé un rato en llegar a casa y evito tropezar en los porqués. No puedo quedarme clavado en ellos. No puedo, de verdad que no. Igual me pasa con la desesperanza. Es complicado tener que levantarme una vez más. Ahora sólo necesito que vuelva a salir el sol, pero supongo que todo llegará a su debido tiempo. Hoy M me ha dicho la verdad y necesito más que nunca que ustedes estén a mi lado, cerca de mí, que no me dejen solo. Por favor, esta noche no.
Pdt. No sé el por qué de la foto. Ojalá la entrada 850 hubiera sido diferente, pero las cosas son así...
2 comentarios:
Puedes hacerme llorar..
¿Y tú a mí?
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