A veces pienso en ti. En tus ojos, en tus dientes. Son ideas fugaces, sin mucho recorrido, pero constantes. Unos días te confundo con el chico que saca la basura a las tres y otros con el aire. Te imagino sentado en una terraza de verano, tomándote una caña y mirando la vida pasar. Yo llegaría después y me quedaría a tu lado un rato contándote un millón de cosas vanas, que suelen ser las más importantes. Pero las ideas a veces no se transforman en hechos. Hay momentos en los que lo que pasa es totalmente diferente a lo soñado y eso en ocasiones es mejor y otras no. Los debería se terminan esfumando, igual que los condicionales. Toca el presente de indicativo y que se me acelere el corazón porque me falta el aire, la mente me vaya a mil por hora y la garganta se me seque sin saber muy bien qué decir. Todo eso porque estás delante de mí. Mis ojos traviesos buscan dónde agarrarse para sobrevivir a tu devastadora mirada. El instante se convierte en eternidad, hasta que por pudor y de modo preventivo decido marchar. La siembra da frutos y el aire enamora. En febrero a los peces les ha dado por pasear sin bufanda… Hasta pronto, te digo sin decirte lo importante y me alejo de la terraza de verano y de la gente que camina en dirección contraria. Y mientras me voy, tú vuelves a tu agenda, a tus cosas y a tus miradas… Necesito luz, que seas claridad para no tropezarme en este extraño sendero que me ha dado por transitar.
2 comentarios:
Hacía tiempo que no me podía sentar y leer, por suerte, hoy pude y otra vez tus palabras me llegan como si pudiera rozarte el alma. Qué hermoso que escribís!!!! Cada vez que vuelvo por aquí, es un placer...
Qué estés muy bien!!!
Besotessss amigo Ce...
Jo... qué alegría volver a saber de ti. Estos días me recupero de la tan temida gripe y tampoco he tenido mucho tiempo para nada... pero ya estoy mejor. Me quedo con eso de que puedes rozarme el alma... Es increíble que desde tan lejos podamos estar tan próximos... Espero que estés muy bien. Bss!!!!
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