La carretera estaba
desierta. Ni un alma había y sólo pasaban unos minutos de la una de la tarde. El
calor hacía mella desde hacía unos días y nadie quería arriesgarse a salir para
coger una insolación. Muy de vez en cuando ahuyentaba a los lagartos una
furgoneta traviesa y osada que partía el silencio en dos. Tras su paso todo
volvía a quedar en calma. En la televisión ponían una tertulia política. Desde principios
de siglo se habían puesto de moda. No se escuchaban entre ellos, pero hablaban
y hablaban. Al otro lado del aparato, Patrik les daba la razón a unos, a los
suyos. Con el paso de los días se había cosido un traje a medida bordado con
excelentes frases de izquierda. Defendía a los pobres frente al 'poder'. En su
discurso aparecían la sanidad, la educación y el tan temible paro. La lengua se
le calentaba siempre con una cerveza en la mano. Con esta ola de calor, era lo
único que saciaba su sed. De hondas raíces republicanas, vivía en un pequeño ático.
Desde allí arriba se podía divisar perfectamente el injusto sistema que
padecíamos. La gente está dormida, repetía al coro de los contertulios de la tele
y le pedía a Maruchi que le trajese otra cerveza. El calor y el temor ante una posible algarada le impedían asistir a
las manifestaciones en la calle que suplicaban no privatizar servicios
públicos. Patrik sabía de lo que
hablaba, tenía a varios amigos que todos los días buscaban trabajo. Él sí sabía
lo que era ser obrero y no como esos chupatintas de la administración. Él trabajaba
para la privada, con el sudor de su frente se enfrentaba a los males que nos
acucian. Claro está, con la nevera llena. ¡Cómo si no! Reconocía que algunas
medidas aprobadas por el Gobierno eran buenas, favorecían a su empresa, aunque sin
duda el presidente le producía urticaria. Es lo peor, bramaba. Tampoco pestañeaba
al aprovecharse de las leyes para sobrevivir: de alguna manera había que sacar
este país adelante. La cuenta bancaria también la tenía repleta de ceros, pero
eso no era culpa suya. Y eso que el calor, este maldito calor de principios de junio,
a veces no le dejaba dormir la siesta.
'Take another road', de Jimmy Buffett
2 comentarios:
Es uno de tus textos más...cómo decirlo...a pie de calle, en el suelo, en el suelo de hoy, en el asfalto de la sociedad, de la visión ciudadana, ... que te he leído.
Chapeau, me encantó. Un saludo.
Muchas gracias, Patricia. La realidad siempre está... aunque a veces intentemos aderezarla. Con este texto en concreto quería quitarme de encima la rabia ante la doble moral de algun@s...
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