domingo, 26 de agosto de 2012

Cuando los globos suben...

En el piso de arriba se oían unos pasos que recorrían el techo de un lado a otro sin parar. Intentaba dormir, pero el calor no le dejaba. Las ideas se le amontonaban en la cabeza. Lo que debía hacer en el trabajo, las llamadas pendientes, avanzar los expedientes,… Se deshizo de las sábanas y, por casualidad, se tocó el corazón e iba a mil por hora. No se había dado cuenta, pero ahí estaba ese tic tac incesante que le atormentaba. Abrió los ojos y observó aquel pequeño ventilador que ruidosamente daba vueltas sin apenas mover el aire. Tenía un aspa rota y de un manotazo lo apagó. Había vuelto el silencio y pensó en Zeta. Sobre todo en sus orejas y en su manera de mover las manos cuando explicaba alguna de sus teorías. Su cuerpo se activó y se dejó llevar por el deseo. El recuerdo le impedía respirar con claridad y ya no pudo descansar hasta que los globos de colores que Zeta había inflado en su mente comenzaron a decorar aquel techo tan extraño que le cubría…

3 comentarios:

Romina dijo...

cuánta adrenalina !!
cuidado que no estallen los globos-glóbulos rojos..!

La imagen, muy buena (al igual que tu visita)
:o)

chicharito dijo...

genial ^^

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.