jueves, 23 de agosto de 2012
Impostado
Comenzó a hablar y no se reconoció. Una tras otra salían de su boca
palabras que nunca había oído. No sabía qué significaban, jamás las había
escuchado, pero no podía parar. No sabía por qué razón, pero lo cierto es que
hablaba como si no fuera él. Como si fuera un literato del XVI o como un
ingeniero de aeronáutica. En otro tiempo se hubiera alegrado y mucho, pero
ahora estaba en otra fase. Sólo quería decir lo que sentía, sólo eso. Sin estridencias
y sobre todo sin palabras grandilocuentes. Pronunciar las palabras justas no es
tarea sencilla y lo sabía. Pero había que intentarlo. A partir de ahora ésa era
su única meta…
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2 comentarios:
las palabras justas...
gran meta gran...
Y no siempre sencilla. Muchas gracias Romina por continuar paseándote por este mundo extraño y de color azul...
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