Caminos de espinas
A veces los caminos no son de rosas. Cuando pasa eso, acostumbran a ser
de espinas y, ahí, es cuando debemos andar con sumo cuidado porque si no
estamos totalmente perdidos. Y nadie quiere que suceda eso, lo de perdernos. Todos
queremos andar con tino, hacia adelante, hacia la luz. Soñamos con los cuentos
que nos dicen que todo será estupendo, más que maravilloso, pero los andares
nos indican que nunca nada es fácil. También hay quienes quieren hacernos creer
que cuando uno sufre para llegar se saborea más el final. Tal vez ni lo uno, ni
lo otro, aunque yo siempre preferí los senderos sin trampas, sin demasiadas
complicaciones... Al final, la vida te enseña –o aprendemos- que cuando hay
demasiados impedimentos hay que saber replegarse e intentar otros caminos, hay
que saber cuáles son las batallas que tenemos que librar y las que no...
Pdt. No cabe duda, la foto es verano, la canción es verano, todo es verano, aunque no lo parezca.
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