Hay
noticias que nos golpean, que lo hacen con tanta fuerza que no nos dejan
pensar, ni tampoco respirar. Que no nos dejan hacer nada, que nos detienen como
si ya nada a partir de ellas importara lo más mínimo. Sí, hay noticias que son
malas, mucho, pero ahí están manchándolo todo de negro. Ya me gustaría a mí que
solo de trivialidades y banalidades varias se pudiera vivir, pero no es así. Y
sin embargo si hay algo peor que una mala noticia, es que tú seas su protagonista,
que sea a ti a quien golpea la vida, esa vida que tiene sus cosas, que es un
poco retorcida y que no se cansa de hacer de las suyas. Esa vida que es capaz
de elevarnos a lo más alto para luego, con saña, dejarnos caer. Desde el suelo
todo se ve distinto, más triste, más doloroso, descarnado. Y a veces, sin ganas
de levantarnos de nuevo, debemos seguir...
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