La experiencia, estimado don Justo, demuestra que no hay nada más eficaz que alguien bien pagado. Siempre desconfié de los voluntarios entusiastas, de los espontáneos que se ofrecen para esto o aquello sin otro beneficio que el de su conciencia o su capricho, y en cuanto flaquean te dejan a los pies de los caballos. Sin embargo, un hombre bien comprado, da igual cuáles sean sus ideas, suele permanecer fiel hasta el final. Y éste es uno de ésos.
Hombres buenos, Arturo Pérez-Reverte.
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