Innocence lost, de Erik Hassle.
Las
puertas a veces se atrancan y hay que buscar rápido una salida. Cualquiera es
buena: una ventana, las grietas de la cocina o la claraboya que todo lo cubre. Se
trata de salir, de huir, de dejar de estar encerrado. Una vez libre todo se ve
diferente, más bonito, tranquilo como las aguas en calma o las duchas que no
gotean. Es ahí cuando aparecen las buenas oportunidades, la gente sonríe y todo
parece mejor. La gente da los buenos días por la mañana y siempre hay quien te
regala una flor. Pero eso sólo sucede cuando logras escapar o desatrancar la
maldita puerta...
Pdt. A veces el orden de los factores sí altera el producto.
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