Y de repente habías desaparecido, igual que lo hacen las olas del mar
o el olor a lavanda en primavera. Sin apenas decir adiós. Dejaste de aparecer una
tarde quién sabe muy bien por qué y ahora sólo me queda encomendar tu espíritu
a la buena fortuna, tan escasa estos días. ¿Te habrás ido también de vacaciones?
Seguro que allá donde existas, estarás mejor. Dejas pendiente tu viaje por Europa
y todas aquellas frases a medias. Suenan tus músicas en el tocadiscos que he
conservado en nuestra esquina preferida, aquella donde los sueños son niños que
vuelan cada día más alto y, claro está, sin descanso...
2 comentarios:
muy hermoso pero nostálgico, saludos
Quizá igual que la vida... ;)
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