Déjala que vuelva, de Piso 21 y Manuel Turizo.
domingo, 5 de agosto de 2018
No le quedó más remedio...
Y no le quedó más remedio que creer en sí mismo. Nunca
había tenido la autoestima muy elevada. No sabía si era por influencia de su
madre, que siempre iba a reparar en el detalle, en aquello que no estaba
perfecto. O tal vez era por esa sociedad isleña que le había amamantado y que
navegaba entre dos aguas, la de que sus cosas eran las mejores del mundo
mundial, aunque todo aquel que llegara de fuera traía novedades insólitas que
era necesario promover y defender por encima de las locales. Fuera como fuera,
nunca había destacado en nada y eso, antes o después, terminaba pasándole por
factura. Pero un día, releyó lo que había escrito aquella tarde de mayo y se
dijo, pues no está tan mal. Algo estaré haciendo bien…
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario