viernes, 28 de diciembre de 2012

Pudiendo afirmarse

Vivíamos en unas circunstancias en las que era normal que ocurriera todo lo que la imaginación podía representarse, pudiendo afirmarse, por tanto, que nuestra capacidad de imaginar se había empobrecido.

"Confesiones de una máscara", Yukio Mishima.

jueves, 27 de diciembre de 2012

La Casa de los Gala-Fernández


El viejo transistor suena al fondo de la casa sin cesar, día y noche… Sólo dan malas noticias hasta que a las seis de la tarde, Magdalena apaga el aparato y manda a parar. En unos minutos sus cuatro hijas y los tres niños están listos, cogen sus pocas pertenencias y cierran la puerta. Corría el año 1908 y desde hacía meses todos decían que aquel sería el último año. Comenzaron a andar por aquella vereda maltrecha rumbo a la Casa de los Gala-Fernández, que por aquellos lares era la única hecha con cierto tino. No llegaron los primeros, ya había gente que se amontonaba en los bajos de aquella mansión decimonónica. La noche sería larga, quizá la más larga de sus vidas. Los pequeños corrían de un lado a otro ante los reclamos de los menos avezados en el arte de bien amar. Los segundos pasaban más despacio que de costumbre y los candiles se consumían acunados por los rezos del Rosario de las viudas más tristes que anhelaban en secreto reencontrarse con sus maridos en el más allá. Pronto la casa se llenó de todos aquellos temerosos de Dios que habían huido rápido cobijándose en ella. No cabía ni un alma más y la oscuridad fue haciéndose con todo, a la luna se le había olvidado salir aquella extraña noche de marzo. Hubo quien pudo dormir y a las tres se repartió un poco de consomé, tal vez el último, que sentó como un bálsamo perfecto calentando estómagos atormentados y adormilando a los más intranquilos por lo que estaba por venir. Los perros no lloraban y los todos gatos se habían ido de picos pardos. Las vacas y los bueyes dormían… Al final no pasó nada, el mundo no se acabó y todos regresaron a sus casas con las primeras luces del día.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Un milagro

Todos estaban alrededor de una mesa repleta de manjares. Hablaban con la boca llena y reían. En los últimos tiempos habían sucedido tantas cosas, que casi era un milagro que hubieran llegado a sentarse en aquella habitación para compartir y dejar a un lado los malos tiempos… Feliz Navidad.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Nada se detenía

En los últimos días Maribel había soñado con salir de la zona de confort. Adentrarse en ese mundo complicado que rodeaba al suyo, que quizá estaría lleno de incertidumbres y que podría ser mejor… Una mañana pensó en tirar la toalla y dijo basta. Procuró respirar hondo y redactó una carta de renuncia, la firmó en silencio y la deslizó por debajo de la puerta. Después recogió sus cosas y marchó sin alharacas. Mientras se alejaba veía como la gente vivía ajena a su drama, nadie se inmutaba, nada se detenía… Tardó en llegar a alguna parte, descansó un buen rato y comenzó. Ahora todo estaba por descubrir…

'Like a prayer', de Madonna

domingo, 9 de diciembre de 2012

Un segundo de sosiego

Suena una música y se oyen aplausos. Hay mil luces de colores que giran y lo iluminan todo. Por las pantallas de televisión se ven fotografías antiguas de gente que parece feliz. Los que aplauden también lo parecen. Un señor de traje se acerca desde el fondo al escenario y su efímera sonrisa desaparece justo cuando se pone delante de una cámara. Comienza a hablar en un idioma extraño, parece nórdico. Se vuelven a oír palmas y entra una joven descocada que le da la mano y le sonríe. La chica comienza a desvestirse y la imagen se funde en negro. M despierta sin aire y no atina a saber dónde está. Cuando sus ojos se acostumbran a la oscuridad comienza a reconocer su cama, su mesilla de noche y su cortina. Poco a poco recupera la tranquilidad e intenta volver a dormir, pero el recuerdo de su pesadilla no le deja. Sólo hubo un segundo de sosiego, pensar en su barba, en sus ojos azules y en su piel…

lunes, 3 de diciembre de 2012

Futuro


Sin ciencia no hay futuro. Sin cultura no hay futuro. Sin educación no hay futuro. Sin sanidad no hay futuro. Sin periodismo no hay futuro. Sin libertad no hay futuro…

sábado, 1 de diciembre de 2012

Credo

Maribel lo dijo en voz baja, como si quisiera que nadie más se enterara: Creo en la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Cuando terminó volvió a abrir los ojos y siguió su camino.