lunes, 29 de agosto de 2011

Las tartas de chocolate siempre saben bien

Al despertar supo que llegaría pronto. No sabía cuándo ni cómo, pero lo sentía. No supo definirlo pero era algo que estaba en el aire. Como que las tartas de chocolate siempre saben bien. Intuía que el amor no tardaría en tocar a su puerta. Tal vez sería con el cambio de hora de octubre o con el primer chubasco del otoño. O quizá una tarde de septiembre si continúa la ola de calor. Pero le daba un poco igual, ahora estaba preparado.

http://www.youtube.com/watch?v=BWHZG2v8gnQ&feature=related

Pdt. Azul Tokio ha superado las 20.000 visitas. Para acompañar 'Divina', la versión de la canción 'Ballrooms of Mars' que interpretan Raphael y Alaska.

viernes, 26 de agosto de 2011

El refugio donde atracar

De tanto preocuparse por el futuro se había olvidado de vivir el presente. Su buen aspecto evitaba que los viandantes acertaran su edad. Aparentaba cuatro o cinco menos, su sonrisa y sus ojos, siempre diáfanos, le ayudaban. Incluso, a veces no le llamaban caballero en la cola de la panadería, hecho este que le ponía harto contento. “Dos barras de pan y 300 gramos de magdalenas”, respondía alegremente. Pero el caso es que de un tiempo para acá las piernas ya no le iban como antes, que comenzaba a tener algo de barriga y que la vista se le cansaba todos los martes a eso de las tres. Lo peor eran las madrugadas, despertarse solo, con el pecho agitado y las ideas vivas martirizándolo. Al volver a casa por las tardes, tras trabajar diez horas seguidas, no hallaba a quién contarle que había recibido una llamada incómoda o que los de personal querían comenzar con los recortes el próximo mes. Mari la de la quinta planta había dado a luz y Bartolo seguía a lo suyo sin saber lo que es compartir… En su cocina no había nadie y las tostadas se las comía siempre solo. Encendía la tele, que le daba compañía, o leía a Isabel Allende para viajar a otras pasiones. Ojalá tuviera un refugio en el que atracar los jueves cuando la semana se le ponía cuesta arriba o los domingos por la tarde cuando no había nada que hacer, salvo esperar al lunes. “Ojalá”, se repetía hasta que el sueño le volvía a vencer y abatido soñaba con las caras que seguro llegarán. Algún día lo harán, sonreía ilusionado…


Pdt. Algunas estrofas de 'La nieve y yo' de Marisol me parecen increíbles... Un abrazo.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Tipos que hacen promesas

Nunca le gustaron los tipos que hacen promesas. No, no le gustaron nunca. Desde siempre. En su recorrido había tantas incumplidas que le faltaban vidas para contar dedos. Todas eran más o menos iguales, capaces de construir naves espaciales para viajar hasta la luna o chozas para cobijarle de los aguaceros de verano. Y al final: nada. Era algo que no podía evitar, había dejado de creer. No recordaba la primera, ni tampoco la última. A veces, en las noches que le tocaba hacer de peregrino, las repetía en voz alta, pero sólo eran palabras que se esfumaban en el aire. Juramentos de vuelo corto... Intentaba esquivarlas, para que el dolor fuera menos, aunque no siempre lo consiguiese. Esas heridas tardan en cicatrizar y siempre dejan huella...

http://www.youtube.com/watch?v=3L9Jz7Vx5Bg

Pdt. Aterrizo escuchando la versión de Niña Pastori del 'Contigo' de Joaquín Sabina.

jueves, 18 de agosto de 2011

En el escalón de la entrada

Se sentó a la fresca. En el escalón de la entrada, viendo pasar a los vecinos que luchaban contra el calor y comentaban el último partido de fútbol. Meditó en el día, en cómo había ido, en las nubes y un poco en el sol, pero menos. Ya no se sentía intranquilo. Había dejado de pensar en su crisis y había escogido seguir andando, aunque preferiblemente sería cuando el calor se disipase. Junto a sus pies encontró una hilera de hormigas que no tenía destino fijo y a lo lejos oyó un par de balidos. Le dio por buscar alguna estrella en el cielo, pero aún era demasiado temprano. La Luna todavía no había aparecido. Sí, parece que la normalidad ha vuelto, sonrió satisfecho.


Pdt. Le toca el turno a 'Superman - Five For Fighting' de la banda Boyce Avenue.

martes, 16 de agosto de 2011

Había dejado de mirar al horizonte

No era tiempo de esperanzas. Todos hablaban una y otra vez de lo mismo, de la falta de planes para el futuro. Las nubes se habían instalado en esta estación del año y parecía que lo peor de la tormenta aún estaba por llegar. Sin proyectos no se avanza, acataban entre dientes. Rico había dejado de mirar al horizonte. ¿Para qué? Estaba detenido en el tiempo desde el origen de las cosas. Siempre se recordaba así, paralizado ante lo que va a venir. Hubo días en los que soñó que tal vez la vida fuera alguna vez diferente, pero al final el chico de los pantalones beige se había ido y todo volvió a su normalidad. Nunca le preguntó el porqué de su marcha, aunque no podía evitar cuando se lo encontraba sentir que todo había sido culpa suya. Le adivinaba cierto desprecio en su mirada. No regresaría, igual que tampoco lo harían los tiempos felices. Para compensar hacía como que no veía a los que a su alrededor luchaban para capear el temporal. No podía decirles lo que sucedería. No les podía hacer eso. Él no. ¿Cómo decirles que todas las puertas para encontrar algo mejor están cerradas? Prefería vivir como siempre: templando los ánimos, sonriendo a las desgracias y disimulando los zarpazos del devenir. Haciéndose daño para poder sobrevivir.

http://www.youtube.com/watch?v=g5H_ZwQtLog

Pdt. Le toca el turno a la 'Historia Universal (El amor no es lo que piensas)' de Xoel López.

domingo, 14 de agosto de 2011

Palabras demoledoras

Se tropezó con ella en una pequeña plaza empedrada de la capital. Decían que aquella parte de la ciudad había sido el primer refugio de pescadores y putas. Ella tomaba un refresco de limón sin hielo y leía distraída el último número del ‘Hola’. Míchel le preguntó por una administración de lotería y ella lo miró con cierto desprecio, pero atinó a decirle que tenía que regresar por donde había venido y preguntar en la otra plaza, la grande y sin Iglesia. Caminando hacia la deseada fortuna comenzó a pensar en su pequeño encuentro con la ‘oriunda’ -¿Usted no es oriundo?, le había espetado ella- y no supo muy bien qué pensar. Lugar embriagador, columna esculpida, pasadizo dieciochesco, tornear a la izquierda o ágora medieval. Así, escupiendo palabras, la chica le había descrito el camino a seguir... ¿Por qué?, se preguntó. ¿Para qué tanta cosa extraña? En su andar una gitana le abordó con una hojita de romero para adivinarle el porvenir. “Un mal rayo te parta”, le gritó ante su negativa y se imaginó así, partido en dos. Unos niños se juraron amor “eterno” después de darse un beso en un banco. Con el paso de los años, a Míchel habían comenzado a darle miedo las palabras y sus significados. La ligereza con que se utilizaban y que no siempre se hiciese con tino. Las había demoledoras, capaces de acabar con un futuro soñado o con una ilusión incipiente. Son demasiado importantes, se repetía antes de dormir. ¿Qué hay eterno?, dijo en voz alta sin pretender hallar una respuesta. No la había o no sabía encontrarla. Optó por no pensar durante un rato y le pidió a la lotera, una señora con gafas de pasta del XIX y bata azul marino con margaritas blancas, un décimo acabado en ocho para el próximo sorteo de Navidad. “Siempre toca”, se despidió la mujer y el correspondió con una sonrisa. “Ironías de la vida”, murmuró él. Después, se guardó el número en su americana, cerquita del corazón, y rezó para esta vez haber acertado con la elección.

http://www.youtube.com/watch?v=cZXLtGTLAJ4

Pdt. Le toca el turno a 'Trátame suavemente' de Soda Stereo.

jueves, 11 de agosto de 2011

Anécdotas, nombres y calles

Era lunes y no recordaba bien si ya había cumplido los años o no. Las cosas se le iban cada vez más a menudo de la cabeza. También los nombres y las calles, pero no las anécdotas. Eso era lo único que conservaba en su memoria. Miró el calendario y se sorprendió. Tantos días han pasado ya, se preguntó tocándose extrañado la cabeza. El problema, se dijo, no era lo transcurrido sino lo que aún le restaba por hacer. Siempre quiso hablar inglés y recorrer la costa mediterránea sin tener muy en cuenta el tiempo, de playa en playa. Tenía que conocer a más gente y encontrar otros mundos. Quería vivir otros días porque desde pequeño creyó que en los que había estado no eran suyos; que se había colado en un mundo que no le correspondía, que estaba de prestado. Alguna vez sintió en su nuca miradas que le decían que aquello no le correspondía, que era un advenedizo, un usurpador y que debía dejar sito para los que sí tenían derecho, para los de siempre, los nuestros. Ya no le molestaban esas sensaciones. Se había acostumbrado a ellas, pero se prometió que del próximo otoño no pasaría y que después del parón en el que se hallaba renacería.

martes, 9 de agosto de 2011

Marcharon desconcertados

¡Quién sabe qué sucederá a partir de ahora! ¿Lo sabes tú?, le preguntó nada más comenzar el día. Y Tim no supo qué responder. La noche había sido extraña, llena de sueños, casi pesadillas. También hubo músicas y calor. Cada uno tomó un poco de sus desayunos y marcharon desconcertados. Hay instantes que lo cambian todo. Que hacen desconocidos los días y las horas. También la piel y los anhelos. Que lo remueven todo. Hay otros que no. Lo peor para ellos era la duda, de si aquello, lo suyo, sería eterno.


Pdt. David Bustamante canta junto a Axel 'Dos hombres y un destino'.

domingo, 7 de agosto de 2011

Y el viento

Hacía más de cinco mil días que no pisaba aquella tierra. El viento ahora soplaba mucho más fuerte de cómo lo recordaba. En la última vez, la de la despedida, había sol. También había lagartos, muertos de hambre tras la sequía del invierno. Y el viento… Siempre el viento. Alguna ventana se entreabrió a su paso, pero no hubo despedidas. Tanto tiempo después la Iglesia permanecía cerrada y un grupo de viejos jugaba al dominó despreocupados al cobijo de unas planchas mal puestas. La venta había cerrado a las dos y ya no quedaban bares abiertos. No había nada que ver. Piedras, pencas y alguna higuera que se había librado de la diáspora de los noventa. Ahora volvía a estar de paso: Para olvidar. Unos días, tal vez una semana. El zumbido del viento entre las hojas de la palmera le seguía atemorizando. Nunca había podido desprenderse de ese sonido y las noches de tormenta en la gran ciudad aquel ruido volvía a metérsele por las rendijas. Nunca estuviste para cobijarme, se dijo entre dientes. Sabía que aquel no era el mejor sitio para no recordarlo, pero al menos tenía que intentarlo. Una vez más. Quizá la última.

http://www.youtube.com/watch?v=hAxiPFE6pqM&feature=related

Pdt. 'Me gusta como eres', de Járabe de Palo.

viernes, 5 de agosto de 2011

Usted

En realidad usted fue siempre una imagen. La imagen que yo creé a partir de un conjunto de anhelos, de deseos incumplidos, de pequeños fracasos, exactamente como creé mi pequeño monstruo a partir de una mancha de humedad o como inventé un títere a partir de Laurita en el espejo.

Pdt. Fragmento del relato 'Hoy y la alegría' de Mario Benedetti.

jueves, 4 de agosto de 2011

Salvo las imprescindibles

Siempre hubo algo dentro de él que le impidió ser libre, despreocupado. Aunque quería quedarse a trasnochar o lanzar por la escollera su maldito reloj, no pudo nunca. Soñó con estar tumbado en una playa por los siglos de los siglos o sentado a la fresca viendo pasar los coches desde un zaguán del camino, sin mucho más por hacer, pero esos privilegios no estaban reservados para él. Al día siguiente había que hacer algo que no permitía demora o estar pendiente del castrador: qué dirán. El caso es que perpetuamente anheló poder vivir sin mirar el calendario o la cuenta corriente. Sin responsabilidades, salvo las imprescindibles para no morir de inanición. Pero los deseos se le atragantaban. No sabía cómo hacerlos realidad. Y en esa lucha se le fueron los días hasta que el cansancio le pudo, pero ya fue demasiado tarde.


Pdt. Regresa La Sonrisa de Julia, pero esta vez con 'Libres'. Bienvenidos.

lunes, 1 de agosto de 2011

Después escribo...

Mi nariz busca aire. Mis rodillas también. El corazón se me ha disparado. Hay días en los que me agobia vivir. Me siento como atrapado y sólo busco una salida. La primera que me lleve lejos de todo lo conocido. En esos momentos me sé vencible. Como si el resto del tiempo lo olvidase y creyese que las cosas son para siempre. Y caigo en desdicha. En una extraña y caprichosa, que sólo aparece cuando cierro la puerta de mi casa y espero a que caiga la noche. Sólo cuando estoy solo. Enciendo las luces; y la tele también para que haya algo de ruido que disimule mis ausencias. Después escribo un rato, me imagino libre, desprendiéndome de todos los aguijones clavados en mi espalda, y el miedo va yéndose poco a poco.

http://www.youtube.com/watch?v=ZhXFHluHVJU&feature=related

Pdt. Suena 'Ahora' de Chetes. Buena noche.