domingo, 30 de octubre de 2016

El buzón sin cartas

El Buzón sigue vacío, ya nunca llegan cartas. Se te olvidó escribir. Sí, eso debe ser. Con lo bonita que era tu letra, como de cuento de hadas. Debieron enseñarte bien, como si tus dedos no se hubieran olvidado de las reglas, ni de los tamaños ni de las formas. Es una pena, pero ahí está el buzón, aburrido.

Dark necessities, de Red hot chili peppers.

viernes, 28 de octubre de 2016

Descalzos por el parque


— ¿Cómo puedes ir a dormir ahora?

—Buenas noches, querida.

— ¡No puedes! ¡Tenemos una discusión!

—Tenla tú y después apaga la luz.

— ¡Eso me vuelve loca! ¡Incluso, controlas tus emociones!

—No, estoy tan enfadado como tú. Pero cuando tengo hambre, como. Cuando estoy cansado, duermo. Y tú también comes y duermes.

— ¡No durante una crisis!

— ¿Crisis? Sólo estamos gritando.

— ¿No es esto una crisis? Nuestro matrimonio está en la cuerda floja.

— ¿Ah, sí? ¿Y cuándo ha sucedido eso?

—De repente, me he dado cuenta de que no tenemos nada en común.
— ¿Porque no quiero andar descalzo por el parque?


Diálogo de la película «Descalzos por el parque», dirigida por Gene Saks con Robert Redford y Jane Fonda en 1967.

Viento de cara, de Supersubmarina.

martes, 25 de octubre de 2016

Me tocó ser el que pierde


Y ahí estabas tú, una vez más, de cancaneo. El mundo giraba a tu alrededor. Todo era posible y en esa tarea te afanabas como si no hubiera un mañana. Risas, caricias y humo de tabaco. El tiempo pasa y ahí vamos, lejos, distantes. Cada uno tomó un sendero diferente, pero a veces te observo. Me tocó ser el que pierde con el paso de los días...

La madre de Fabián, de Javier Álvarez.

domingo, 23 de octubre de 2016

Septiembre

Todo comienza en septiembre: el otoño, las ganas de comer y, también, los recuerdos. Dicen que en septiembre todo cambiará. Eso dicen y rezas para que todo sea para bien. A lo lejos queda ya el pasado, casi inalcanzable. Toca el presente, ese que llega en septiembre, aunque desde hace semanas sea octubre. Volvemos a ver claras las metas, sabiendo que para llegar al final de la calle siempre hay que recorrer un par de manzanas y cruzar una rotonda díscola. Casi puedo escuchar los aplausos, no cabe duda, el espectáculo debe continuar.

Carreteras infinitas, de Sidonie.

viernes, 21 de octubre de 2016

Legado en los huesos



—No deja de ser injusto por eso —dijo con seguridad—. ¿Sabe?, ése es el problema, no aprendemos de la historia, las noticias dejan de serlo apenas unos días después de producirse, en ocasiones en horas, y todo parece del pasado en poco tiempo, pero olvidamos que si no les damos importancia porque ya pasaron, las mismas injusticias vuelven a repetirse una y otra vez.

Legado en los huesos, de Dolores Redondo.

martes, 18 de octubre de 2016

Cómo alegras mi corazón


Mamá, cómprame unas botas
Que éstas están rotas de tanto bailar
Este ritmo jaranero que al mundo quiere dominar
Charlestón, charlestón 
Cómo alegras mi corazón

Cómprame unas botas, de Marujita Díaz.

domingo, 16 de octubre de 2016

La ciudad de los prodigios


Los cambios más profundos estaban aún por venir, pero ahora la gente ya estaba cansada de tanta mudanza, de tanto no saber lo que traería el día de mañana; ahora veía las transformaciones con recelo y a veces con temor. No faltaban visionarios que imaginaban cómo sería el futuro, lo que éste tenía reservado a quienes lo alcanzasen a ver. La energía eléctrica, la radiofonía, el automovilismo, la aviación, los adelantos médicos y farmacológicos iban a cambiarlo todo radicalmente […] En sus sueños imaginaban el mundo como una Arcadia poblada de artistas y filósofos, en la que nadie tendría que trabajar. Otros vaticinaban desdichas y tiranías y nada más.

La ciudad de los prodigios, Eduardo Mendoza.

viernes, 14 de octubre de 2016

Puertas cerradas


Poco a poco se van cerrando todas las puertas. Algunas nunca han estado abiertas, pero se oye como alguien, al otro lado, pasa el fechillo para que no me quede ninguna duda. Después vendrá que alguien corra las cortinas para evitar que entre la luz y que corten el agua. Sin puertas por las que escapar y sin la alegría de la claridad por las ventanas solo quedará esperar a que el aire se agote; y cuando eso pase todo habrá por fin terminado. No habrá más puertas en las que tocar, ni ventanas por las que saltar a un mundo mejor. Tampoco habrá aire que respirar ni vida que transitar: muerto de esperanza.

Catch & release, de Matt Simons.

martes, 11 de octubre de 2016

Sin recompensa


A veces, solo a veces, no hacemos nada y conseguimos cosas; y otras nos esforzamos y no obtenemos recompensa. Así es la vida. Habrá que seguir caminando...

Jardín de rosas, de Duncan Dhu.

domingo, 9 de octubre de 2016

Patente de corso

Alguien le dijo alguna vez que tenía gracia, que sus ocurrencias eran muy divertidas, que el mundo se estaba perdiendo una perla única del humor. Alguien se lo dijo una vez. Desde aquel instante dejó de filtrar, todo lo que se le venía a la cabeza lo soltaba esperando que su público le agradeciese su infinita bondad al compartir su ingenio. Con la llegada del nuevo mundo, el de las redes sociales y el mundo 3.0 su frenética actividad se acentúo, se multiplicó por tres, también su audiencia. Alguien le dijo una vez que tenía gracia y él se lo creyó a pies juntillas. A partir de aquel instante todos tuvieron que sufrir sus exabruptos, su poca gracia, sus faltas de respeto, pero sobre todo, sus juicios tontos y faltos de juicio. Cuatro le jaleaban, le reían las gracias, igual que hacían en el siglo pasado con los monos en los zoos o con las mujeres barbudas en los circos. Habían creado un monstruo, falto de sentimientos, incapaz de sentir empatía, voraz en su desprecio por el otro y sin capacidad de autocrítica. No era consciente de que esa gracia a la que aludían no era ironía o humor del bueno, solo bajezas impropias de seres civilizados. Su ego se reafirmaba: Tengo millones de visitas en youtube y amigos en facebook, como si eso fuera patente de corso.

Vaffanculo, de Marco Masini

viernes, 7 de octubre de 2016

Las ganas


Y dejaremos que se escapen más momentos,
Siempre buscando que haya más luz después de luz.
Y dejaremos que nos ganen tantos miedos,
Y la verdad es que me despierto y no estás tú.
¿Y a dónde irán todas las ganas de querernos más?
Se las llevaron nuestras ganas de querer volar.
¿Y a dónde irán todas las ganas de lucharlo más?
Se quemarán con la ambición…

Las ganas, de Dani Martín.