martes, 28 de noviembre de 2017

Tiempos del VHS


Hasta en la miseria más absoluta se pueden encontrar cosas admirables o simplemente dignas de ver. Y eso es lo que nos ha pasado, que hemos vuelto a los tiempos de aquel color gastado del VHS. Hemos retrocedido treinta años y la gente ha vuelto a olvidar como se habla bien, como se viste decentemente y todo huele a pobreza. Y no nos queda otra que intentar ver las cosas bonitas. En estos años de mentiras hemos aprendido que con una sonrisa todo puede ser posible, que debemos ser positivos, tener actitud, aunque tengamos el agua hasta el cuello, aunque lo hayamos perdido todo. Y luego también está esa soga de lo políticamente correcto con la que cada día nos ahorcamos un poco más. Pero el sistema es sabio y para que no nos rebelemos al mismo tiempo nos coloca «outsiders» que confirman la teoría de que todo se puede, que no somos esclavos. Son las excusas para que todo siga igual. Y en este tiempo del VHS vuelve a haber colas en los salones de cáritas buscando comida, gente que no puede comprar medicinas o que no puede estudiar. La gente también es un poco más fea que hace quince años. Todo huele ha guardado, a rancio…

Way down we go, de Kaleo.

Pd. Hay músicas que a veces están agazapadas hasta que nos asaltan. Esta lo ha hecho desde Islandia...

domingo, 26 de noviembre de 2017

Tiempo de posdatas

Es tiempo de posdatas. De decir eso que siempre se añade al final, que siendo importante se nos había quedado rezagado. Hoy es el día para decir que estas últimas semanas no han sido fáciles, nada sencillas, pero que aquí seguimos. Hay que seguir, de eso se trata y de ir quedándonos con las cosas que realmente nos importan. Las de verdad. Me acuerdo de muchas cosas, de lo felices que éramos, que fuimos. De que éste ya es otro tiempo, en el que muchas veces no sé si estoy en un campo de minas rodeado de enemigos o si, por el contrario, a todos soy indiferente. Y en este mar trato de nadar. De eso se trata, una vez más. También recuerdo el sol y la felicidad, los titulares y el cansancio. Lo conservo casi todo en la memoria y sé que eso no siempre es bueno. Sí, es tiempo de posdatas.

Campanera, de Diana Navarro.

Pd. Que nunca deje de sonar la música...

El próximo otoño

Al viento, inconstante y endeble. Eres como una de esas hojas secas del otoño, que caen y se dejan llevar por el viento. Si éste quiere las eleva hasta los cielos para dejarlas caer después. También las arrincona en las esquina y siempre hace con ellas lo que quiere. Así es el viento: profundamente caprichoso. Y todo va bien al principio porque, quieras que no, estás volando. Pero en la vida necesitas más, quieres decidir tú y no vivir arrastrada por lo que deciden otros. Y sin embargo ahí sigues esperando al próximo otoño para volver a caer…

La actitud correcta, de Enrique Bunbury.

martes, 21 de noviembre de 2017

Enfadado


Amaneces enfadado, como si todos estuviesen en tu contra. Sabes, en un atisbo de lucidez, que no es así, pero no puedes evitarlo. Es algo que te apodera por completo. Lo sientes en el estómago, también en la espalda, te duelen los ojos y tus marcas revelan las marcas de una noche de tormento. Y no tienes a nadie para volcar cómo te sientes. Amaneces enfadado y luchas para que todo vuelva a ser como antes, te queda la esperanza de que todo pase pronto, pero en mitad de la tempestad nada es suficiente. Solo te queda una cosa: escribir…

Hurt, de Johnny Cash.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Cual reina...

Tiraba la piedra, pero luego se arrepentía. No iba con su carácter. Era así. Le hubiera gustado cortar cabezas cual reina de corazones, pero no podía. Algo en su estómago se lo impedía…

No vaya a ser, de Pablo Alborán.

martes, 14 de noviembre de 2017

¿A cuál regresar?

Había estado en mil lugares distintos. Desde que pudo, comenzó a viajar. Lo hizo desde muy pronto, pero nunca se preguntó por si querría volver a alguno de los sitios donde había estado. Como si fuera una penitencia, siempre regresaba a casa y en cuanto lo hacía comenzaba a idear su próxima aventura. Recorrió las castillas, Andalucía, también el reino de Navarra; después saltó a París y Roma. Quiso estar en Manchester y Londres y, dicen que ahora está recorriendo Irlanda. Desde Dublín al cielo… Conoció mil destinos como la palma de su mano, pero nunca quiso preguntarse si algún día huiría de verdad de sus orígenes...

Forever and ever, amen; de Randy Travis.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Love


La delgada línea del amor. Jugar a cruzarla de un lado a otro de forma constante. Siempre al borde del precipicio. Un día sí, otro no. La vida de sonrisas, la noche de enfados. La raya que traspasamos no se cansa nunca, se divierte más que nosotros. Así es, fina y delicada, igual que los jadeos de un niño tras salir librarse de los malos de la furgoneta blanca. Al final, el amor ganará.

Girasoles, de Rozalén.

martes, 7 de noviembre de 2017

Canciones amontonadas


Tengo por ahí unas cuantas canciones amontonadas. Toca repaso: Amor pelos dois, de Salvador Sobral; River, de Leon Bridges; Hey mamma!, de Sunstroke Project; City lights, de Blanche; Call on me, de Janis Joplin & Big Brother & The Holding company; Efímera, de Love of lesbian; Ningún nombre, ningún lugar, de Xoel López; Hollywood, Florida, de Coleman; Se me olvidó otra vez, versión de Falete; El viaje del sonámbulo, de La Sonrisa de Julia; Dibujas, de Dani Martín; Turn, turn, turn!, de The Byrds; e If I could turn back time, de Cher.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Los 80

Los colores entonces no eran como los de ahora. Antes todo era más verde, más extraño. También había mucho rosa o fucsia, no sé. Se veían las rayas atravesando el televisor y la lluvia era una constante. Eran tiempos de carta de ajuste y del UHF. Andábamos de un lado para otro con la antena, los cables y la señal. Quizá nada de aquella época o muy pocas cosas superarían el examen del paso del tiempo. Aunque siempre había mucha más ilusión y en el aire se respiraba ese suave olor de las ganas de ser sorprendido. Todo era emocionante, nuevo, vital… todo lo de la tele. Lo otro era más triste, más árido. Los suéteres de lana daban demasiado calor y picaban, la pana era una constante y los vaqueros ajustadísimos separaban a los buenos de las balas perdidas. Luego llegó el tiempo de los colores chillones y la inmensa mayoría vivía en esa inopia. En la económica y también en la de la ideas. La pobreza lo cubría todo y quizá la palabra que lo definía todo era cutrez, aunque no lo supiéramos. Eso lo aprendimos más tarde con la perspectiva del tiempo. Entonces seguíamos pensando que todo el mundo era «güeno» y así nos fue…

SOS, de Abba.