domingo, 5 de noviembre de 2017

Los 80

Los colores entonces no eran como los de ahora. Antes todo era más verde, más extraño. También había mucho rosa o fucsia, no sé. Se veían las rayas atravesando el televisor y la lluvia era una constante. Eran tiempos de carta de ajuste y del UHF. Andábamos de un lado para otro con la antena, los cables y la señal. Quizá nada de aquella época o muy pocas cosas superarían el examen del paso del tiempo. Aunque siempre había mucha más ilusión y en el aire se respiraba ese suave olor de las ganas de ser sorprendido. Todo era emocionante, nuevo, vital… todo lo de la tele. Lo otro era más triste, más árido. Los suéteres de lana daban demasiado calor y picaban, la pana era una constante y los vaqueros ajustadísimos separaban a los buenos de las balas perdidas. Luego llegó el tiempo de los colores chillones y la inmensa mayoría vivía en esa inopia. En la económica y también en la de la ideas. La pobreza lo cubría todo y quizá la palabra que lo definía todo era cutrez, aunque no lo supiéramos. Eso lo aprendimos más tarde con la perspectiva del tiempo. Entonces seguíamos pensando que todo el mundo era «güeno» y así nos fue…

SOS, de Abba.

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