lunes, 27 de febrero de 2012

Toca una fiesta

La llama de aquella pequeña vela temblaba al ritmo del aire del invierno. Se consumía poco a poco, esperando a que las piezas del puzle se colocasen caprichosas. Antes o después lo harán y más ahora que Luc sabe que las únicas cosas que funcionan en esto del amor son las sencillas, las fáciles y las que huyen de las complicaciones. Empeñarse en escalar una montaña escarpada puede resultar, pero a la larga, una vez en la cima, los esfuerzos no siempre suelen valer la pena. En estas cuestiones el tiempo es caprichoso y cuando da su visto bueno no suele haber inconvenientes. Más o menos fácil todo es andar por un atajo lleno de flores y árboles. A veces te cansas, pero en cada parada toca una fiesta, llena de confeti y globos de colores. Cada mañana al despertar, Luc recuerda que no transita un valle de lágrimas, sino una aventura cuya recompensa es sentir el amor vivo recorriendo su extraña piel…

viernes, 24 de febrero de 2012

Andar perdido

Andabas perdido. Ibas de un lado a otro a mil por hora, sin descanso, dando voces, saltando por encima de las papeleras y rodeando los laureles de Indias. Me encontraste una tarde de invierno y me confesaste con el paso de los días que te había dado descanso. Siempre estabas exaltado, en un no parar constante, pero cada noche regresabas buscando paz a mi regazo. Eras la vida que me faltaba y yo la tranquilidad que ansiabas. Tu piel me devolvía la respiración y los días sin ti se me hacían interminables. Tu pelo alocado se apaciguaba entre mis dedos. Los demás se extrañaban al vernos, éramos tan diferentes, pero eso no nos importaba. Hay cosas que simplemente se saben y nosotros sabíamos lo que entre manos vivíamos. Te daba por cocinar pasta a medianoche o creps para desayunar. A veces girabas mi mundo y lo dejabas del revés, pero un día, poco antes de merendar, me confesaste que desde nuestro encuentro habías dejado de andar perdido y para mí fue suficiente para plácido tumbarme junto al mar y saborear la tarde.

jueves, 23 de febrero de 2012

Buenos vs malvados

Mirando hacia atrás se dio cuenta de que cada sufrimiento se había ido diluyendo con el paso de los días, que de las heridas sólo quedaban las cicatrices. Tuvo que admitir que los buenos al final terminaron no siéndolo tanto y que, por la misma razón, se podía redimir a los malvados. Unos y otros, sólo eran humanos, gente que se equivoca, que intenta cada día hacer las cosas un poco mejor… Incluso él, reconocía algunos errores, que había ocasionado dolores y procuraba que la falta de intención fuese suficiente para salvar su alma. Ahora le tocaba esperar al día del juicio final.

lunes, 20 de febrero de 2012

Imágenes alegres que te hacen sentir triste

Hay imágenes que se te quedan clavadas en la retina, que son muy difíciles de olvidar. Algunas son alegres, de gente que sonríe y que está rodeada de otra que también lo hace. Están llenas de color: rosas, rojos, amarillos… y acompañadas por canciones alegres, de las que hacen mover los pies. Y a pesar de todo te hacen sentir triste, como si fuesen de un mundo que nunca alcanzarás, aunque te esfuerces, aunque reces cada noche.

'Vete de aquí', de Miranda y Alaska

domingo, 19 de febrero de 2012

De ida y vuelta

Martín Luis tenía siete años y algunas tarde de agosto deseaba separarse del resto. Había días en los que una fuerza extraña le surgía del estómago y le daba por distanciarse de la cotidianeidad de las cosas, quería ser especial. Con el paso del tiempo, a medida que los años avanzaban y el peso de lo vivido se le incrustaba en el alma, comenzó a recorrer el camino contrario. Añoraba la normalidad de las cosas y temía cada vez que el sol se ponía no poder ser como los demás. Veía a la gente pasear cogida de la mano, reír un domingo por la tarde o desayunar zumo con cereales y yogurt y algo le aprisionaba el pecho. ¿Por qué tenía que ser diferente?, se preguntaba acongojado al despertar. Que la masa no te arrastre, le decían y no sabía cuánto tiempo duraría todo aquello. Había momentos buenos y otros malos, pero la mayoría es como si estuviera descolocado.

sábado, 18 de febrero de 2012

Es raro

Es raro intuir la realidad de las cosas, que tal vez nunca más vuelva a saber de tus besos… y que esto sea así, aunque hayan sido los más bonitos, a veces me desazona. Estar al final de un camino incentiva a emprender uno nuevo, pero al mismo tiempo no se puede evitar el vértigo que da entrar en un lugar desconocido. Por eso extraño tus labios, los que fueron y también los que ya no serán.

lunes, 13 de febrero de 2012

M me ha dicho la verdad

M hoy me ha dicho la verdad. Algo había en el aire, el frío había desaparecido. Sabía lo que me iba a confesar, pero era un trago que tenía que pasar. Allí estaba, de pie, esperándome y con cara de circunstancia. A mí me costaba mirarle a los ojos porque sabía que desde hoy no iba a haber más sonrisas. Le dejé hablar, aunque ido no le escuchaba bien. Me ha dicho la verdad y he intentado que no se me notara la pena, que no se me colara por las rendijas. No he podido evitar algunos silencios, pero me he afanado en llenarlos con palabras. Le he contado alguna de esas tonterías vanas que me reservaba para una noche de verano o para cuando recorriéramos la campiña francesa, sólo para quitarle hierro al asunto. Para que no se note. He procurado sonreír. Dios sabe que lo he intentado y le doy gracias porque creo que a pesar del dolor, el golpe lo he recibido más o menos bien. Lucho para salvarme de la tristeza… Después no atinábamos a decir nada. Él parecía tranquilo y yo, no sé… Me acompañó un trecho y al quedarme verdaderamente solo me esforcé en respirar. Anduve recordando canciones tristes, del Canto del Loco y con un millón de ideas en la cabeza, todas dándome vueltas al mismo tiempo. Tardé un rato en llegar a casa y evito tropezar en los porqués. No puedo quedarme clavado en ellos. No puedo, de verdad que no. Igual me pasa con la desesperanza. Es complicado tener que levantarme una vez más. Ahora sólo necesito que vuelva a salir el sol, pero supongo que todo llegará a su debido tiempo. Hoy M me ha dicho la verdad y necesito más que nunca que ustedes estén a mi lado, cerca de mí, que no me dejen solo. Por favor, esta noche no.


Pdt. No sé el por qué de la foto. Ojalá la entrada 850 hubiera sido diferente, pero las cosas son así...

domingo, 12 de febrero de 2012

M

Un miércoles por la tarde recibió una llamada que le cambió el orden de las cosas. A partir de ese día el decorado sería diferente. Las piezas se colocarían según otros pareceres. La silla dejaría de estar de espaldas al ventanal y la mesa miraría ahora al mar. Los amaneceres tendrían otro color y podría ver cómo atracan los barcos que despistados optan por aquel desconocido puerto de mar. Mientras recordaba aquella llamada sintió un extraño vacío en el estómago. A partir de aquel día muchas cosas cambiarían y eso le apetecía, pero ahora, tantos días después, sabía que no era suficiente, que sin saber muy cuáles deseaba otros rumbos. Le dio por ponerse una corbata roja y un extraño le comentó que si quisiese podría tener a quien sea. Pero eso no era lo que deseaba. Quizá un abrazo, quizá unos ojos, quizá… En la radio ponían ‘Time after time’ de Cindy Lauper y no le ayudó a levantar vuelo. Repitió algunas estrofas y se vio en otro tiempo, uno bueno y con sol. Una y otra vez… Se quitó la corbata y se preguntó si tenía derecho a soñar. Había instantes en que todo se le mezclaba y no sabía qué decisión tomar. Las cosas simplemente se hacen, se dijo y añoró esa capacidad de algunos por hacer sencillas cosas que a él le costaban un mundo. No podía vivir escalando montañas continuamente, ahora necesitaba pasear por una pradera, por un sendero amable y le vino tu nombre a la cabeza: M


Pdt. "Tan sólo soy una chica delante de un chico pidiéndole que la quiera", le dice Ana Scott a William Zacker en 'Notting Hill'.

sábado, 11 de febrero de 2012

Los mejores años

Stuart, Simon y Lucy siempre quedaban para ir al instituto juntos. A Lucy le gustaba ir en chándal y a veces atinaba a hacerse la cola sin que Stuart se metiese con ella. Simon siempre llevaba los cascos puestos, aunque no estuviese oyendo música, y le gustaba recordar las mejores jugadas del Barça. Se veían a las siete y cinco para coger el tranvía y cada día se sorprendían de que a Stuart no le diese frío yendo en pantalones cortos. Los martes a veces se ponía una chaqueta, pero era algo esporádico. Se subían y cuando lograban un asiento comenzaban a explicarse lo que les depararía el día. Simon a veces interrumpía para preguntarle a Stu si Bob o Suso, los de Las Delicias, le caían bien. “A mí no”, zanjaba. La bella doncella Lucy solía mantenerse en un discreto segundo plano, pero quería que algún día las bromas del gigante Stu no fueran inocentes y que bajo esa coraza algún día latiese amor. Aunque disimulase, iba triste desde que una mañana Stuart le contó que le habían prohibido verse con Meli y que ese día, el que se lo comunicaron, si John no le detiene hubiese destrozado de rabia todos los escaparates que a su paso se encontraba. También le dijo cómo sus padres se habían dado cuenta de que andaba triste y que les había tenido que confesar que sin verla algún día dejaría de poder respirar. Simon, 35 centímetros más bajo, miraba a Stuart con los ojos bien abiertos, como si fuese un dios al que seguir. Lo admiraba tanto que sin darse cuenta siempre buscaba su aprobación. Por eso, desde abril comenzó también a llevar pantalón corto, independientemente del frío. Lucy respiraba casi sin que se notaba y prefería los días que no conseguían sitio libre porque así en los bandazos del taciturno tranvía podía casi notar el respirar de su príncipe azul. Llegaban al destino a las ocho menos cuarto y luego les quedaba un pequeño trecho hasta el instituto. Entre los viandantes seguían hablando sin descanso de las cosas importantes de la vida: el examen del próximo viernes, la locura transitoria de la profesora de matemáticas, la nueva temporada de Águila Roja y las fotos que había colgado San Blas en el tuenti… No se daban cuenta de que estos serían los mejores años de su vida y que no dentro de mucho los echarían de menos…


Pdt. Hay historias extrañas que surgen mirando lo que pasa todos los días y también hay canciones que llegan en el momento justo...

miércoles, 8 de febrero de 2012

Peces sin bufanda

A veces pienso en ti. En tus ojos, en tus dientes. Son ideas fugaces, sin mucho recorrido, pero constantes. Unos días te confundo con el chico que saca la basura a las tres y otros con el aire. Te imagino sentado en una terraza de verano, tomándote una caña y mirando la vida pasar. Yo llegaría después y me quedaría a tu lado un rato contándote un millón de cosas vanas, que suelen ser las más importantes. Pero las ideas a veces no se transforman en hechos. Hay momentos en los que lo que pasa es totalmente diferente a lo soñado y eso en ocasiones es mejor y otras no. Los debería se terminan esfumando, igual que los condicionales. Toca el presente de indicativo y que se me acelere el corazón porque me falta el aire, la mente me vaya a mil por hora y la garganta se me seque sin saber muy bien qué decir. Todo eso porque estás delante de mí. Mis ojos traviesos buscan dónde agarrarse para sobrevivir a tu devastadora mirada. El instante se convierte en eternidad, hasta que por pudor y de modo preventivo decido marchar. La siembra da frutos y el aire enamora. En febrero a los peces les ha dado por pasear sin bufanda… Hasta pronto, te digo sin decirte lo importante y me alejo de la terraza de verano y de la gente que camina en dirección contraria. Y mientras me voy, tú vuelves a tu agenda, a tus cosas y a tus miradas… Necesito luz, que seas claridad para no tropezarme en este extraño sendero que me ha dado por transitar.

domingo, 5 de febrero de 2012

El delgado hilo rojo

Busco sanar mirando las caras de los transeúntes con los que me cruzo cuando se pone el sol y sólo quiero llegar a casa pronto para por fin descansar. En mis oídos aún retumban las últimas noticias, que por despiste escucho en la radio. Algunas son buenas, pero otras simplemente me aburren y es que algunos protagonistas deberían aprender de una vez que la gente también sabe el significado de las palabras. Por mucho que digan y digan, al final los hechos, sus realidades no se corresponden con lo que nos dijeron. Y ensimismado en estas tonterías de la vida se me olvida seguir oteando al personal y me da por viajar al futuro más cercano. Cada día que pasa tengo más clara la certeza de que queda poco tiempo, que pronto deberé partir, que éste ha dejado de ser mi sitio. Otra ciudad, otro mundo… ¡Quién sabe! Me encojo de hombros y avanzo un par de pasos más y un poco tonto me da por recordar tu barba oscura. En días como el de hoy deseo tanto que me acaricies la espalda, que me beses el hombro derecho, que me cuides… Creo verte a lo lejos, pero al aproximarme me doy cuenta de que es imposible que la barba te haya crecido tanto en este corto espacio de tiempo sin ti. En la segunda esquina me vuelve a pasar lo mismo, pero ese chico no lleva tu cazadora de los viernes. Después me detengo en las sirenas, últimamente se oyen por todas partes para sobrecogerme, y tras unos segundos de quietud dudo de por dónde seguir caminando, pero el delgado hilo rojo de tu recuerdo rápido me invita a ir de frente…


Pdt. La canción me parece muy positiva. Lo necesitaba. Ésta es la entrada 846.

sábado, 4 de febrero de 2012

En una habitación ocre

Anoche soñé contigo. Aparecías de repente, en mitad de una habitación ocre. Me mirabas atentamente, no quitabas tus nuevos ojos azules de mí. Luego desperté sorprendido y eché de menos tus ojos morenos que bien abiertos siempre me sonrojan… Eran las cuatro de la mañana y me pregunté por dónde andarás, por qué no nos volvemos a encontrar. Y tanto pensar en ti me despertó el hambre y a por la nevera que fui. No había gran cosa, así que tuve que hacer milagros para que al final mi estómago quedase mínimamente satisfecho. De regreso a la cama me detuve en el baño, quería ver en el espejo cuánto me había crecido la barba desde la última vez que me besaste. Apagué la luz y atraqué bajo el edredón. Me dio por volver a pensar en ti y gracias a tu recuerdo logré conciliar el sueño de nuevo…


Pdt. Gran canción. Buenas noches...

viernes, 3 de febrero de 2012

Las instrucciones

Escuchó una sirena a lo lejos, que se aproximaba poco a poco. Notó algo húmedo que le corría por la cara, se tocó y al mirarse los dedos se le tiñeron de rojo. Estaba un poco mareado, quizá porque el corazón le dolía en exceso. A veces pasa eso cuando se te rompe. Cerró un instante los ojos y se preguntó por qué extraña razón si había seguido todos los pasos, si había ejecutado todas las instrucciones, si había hecho caso por qué no había salido bien…

miércoles, 1 de febrero de 2012

Repetir el ritual

Eran las ocho menos diez de la mañana y como cada día esperaba a que apareciese por cualquier esquina. Miraba a su izquierda y a su derecha con disimulada avidez, se cobijaba del frío y rezaba para que no comenzase a llover. Hoy hacía sol y vio al hippy de chanclas y coleta, al señor de los periódicos y a Maricarmen, que iba al médico. La guagua pasó a su hora y la calle comenzó a llenarse de gente que iba a cualquier parte. A las en punto tuvo que irse sin que él diese señales de vida. Mañana tendrá que repetir el ritual…