domingo, 26 de mayo de 2019

Los últimos días...

Por la noche, ya en la casa, en lugar de ir a cenar con sus compañeros, se quedó solo en su habitación para estrechar contra él la bolsa que le había preparado su padre. Inspiró las páginas de los libros y la tela de la ropa, se impregnó de olores, acarició la cicatriz sobre su corazón y abrazó aquella bolsa como hubiese deseado que su padre lo abrazase. Y se echó a llorar. Cogió un papel y comenzó a escribir una carta a su padre, una carta que no recibiría nunca.

Los últimos días de nuestros padres, de Joël Dicker.

martes, 21 de mayo de 2019

Hasta aquí

Hasta aquí hemos llegado. Hasta aquí me han alcanzado las fuerzas, no puedo más. A veces la vida, la puta vida, te pone en tesituras en las que no te queda más remedio que tomar un camino, aunque sea el que menos te gusta. He hecho todo lo posible para intentarlo. De verdad que lo he intentado, pero la imaginación no me ha dado para más. Ojalá todo hubiera salido bien…

El ruido, de David Bisbal.

Pd. Sí, quizá la canción más triste...

domingo, 19 de mayo de 2019

Tus calzoncillos

Eran las tres o las cuatro de la mañana, ya no lo recuerdo bien. Sé que salimos del bar porque era tarde y no había demasiada gente. Y eso era raro porque siempre se llenaba. Ibas sonriendo y yo con alguna cerveza de más, alegre por seguir un día más a tu lado. La noche lo envolvía todo y yo flotaba porque por fin la vida parecía que me sonreía. Y de repente me detuviste en una acera de aquellas, sucia y llena de cucarachas. Me atrapaste y me besaste. Treinta segundos eternos. Todo pasó muy rápido, dejé de tocar el suelo y a partir de ahí no me enteré de nada más. Me cogiste de la mano y en un instante efímero estábamos juntos en el ascensor que nos llevaba a tu casa. Aquella luz no me gustaba, luego tu salón y tu cama. Recuerdo tus calzoncillos, hacía calor. Las paredes eran extremadamente blancas… Y lloré porqué justo ahí supe que no me querías, que nunca lo harías. Querías, te esforzabas, pero yo no sabía cómo hacer para que pudieras. Y vaya que si lloré. Lo hice vestido de silencio, porque tú dormías a mi lado. Deseé con tantas fuerzas que aquello no hubiera ocurrido nunca, que nunca me hubieras dicho que no. Y no se hacía de día. No se hacía de día y yo me moría… Recé porque aclarara, porque el sol saliera de una puta vez, porque me dejaran de doler las entrañas… Pero nada de eso pasó.

Siempre brilla el sol, de Lori Meyers.

Pd. Ahí queda eso...

viernes, 17 de mayo de 2019

El día en que vivimos...

Y aquí estamos otra vez. Con esa gotera en el patio que creo que a estas alturas de la película no se va a resolver sola. Debería llamar a alguien para que la arregle. Algún día de estos… También está la comida, aún sin hacer, y el polvo cubriéndolo todo. Y este malestar de resfriado de verano, que por otra parte es de los peores por culpa de todo este calor. Creo que amanece nublado, después de tantos días de sol. Suena alguna canción, pero es vieja. Mola, pero no tengo el día. Quizá sea porque llevo diez días entre pitos y flautas durmiendo apenas cinco horas. Y esto me recuerda que por fin es viernes, o ¿es sábado? Madre mía, ya ni sé en el día en que vivo…

Adiós Mon amour, de Diego Martín.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Las noches en vela

¿Qué pasa el día después de que se descubre el pastel? ¿Qué se hace cuando la traición queda al aire? ¿Y cuando no hay vuelta atrás, qué diablos se hace? Esa ida me atormenta. ¿Cómo actuar ahora? ¿Se deja pasar el tiempo, como si nada hubiera pasado, o se llega hasta el final aunque eso signifique arrasar con todo? Y lo que nos queda es el insomnio, las noches en vela, dándole vueltas a todo. Y con la garganta acogotada, sin poder respirar ni soltar todo lo que debiera…

El trato, de Alejandro Sanz.

domingo, 5 de mayo de 2019

Es lo que hay...

La vida está llena de altos y bajos. A veces subes tres escalones y luego, con el tiempo, bajas dos. Y quizá lo peor sea que nos hemos acostumbrado a que las cosas no nos vayan bien. Vivimos bajo la dictadura del ‘es lo que hay’ como si lo que nos pasa fuera irremediable. Lo oímos en la peluquería, en la farmacia o en el descansillo de la entrada. Y qué nos queda cuando ya casi que no hay Esperanzas. Se nos han ido muriendo todas. No nos han dejado una viva. Nos las han matado…

6 de septiembre, de Dani Fernández y Andrés Suárez.