No es lo que nos hacen, sino cómo nos lo tomamos lo que realmente importa. Eso dice Paulina en una entrevista que emiten por la tele. Mis dedos se equivocan perdidos en mi entrepierna. No atinan y el sol se esconde tras las montañas. A lo lejos una guitarra suena. Igual que lo hacen los relámpagos. Me alongo al balcón y echo de menos los truenos. Miro lejos, tras los edificios. Justo al horizonte, pero nada. Rayos y centellas. Mientras los fogonazos son cada vez más seguidos, después de ellos no se oye nada. Un señor mayor corre buscando un colgadizo que le salve de las inclemencias del inminente fenómeno meteorológico adverso. De la tormenta. Poco a poco se aproxima una pareja de quinceañeros. Salen de clase a estas horas... Mientras uno anda despacio en su bici escondido debajo de un acordeón inmenso, la otra ríe. Es valiente y se bebe todas las gotas de lluvia que puede. Osada lo intenta por el medio de la calle. Sin miedo a nada. Ya no. El otro la mira y le dice cosas. También se queja de su mala suerte y ella no le entiende. Habla en otro idioma, el de los que siempre pierden. Ella prefiere la verdad completa porque sabe que el agua moja, sólo eso, y que en casa la espera un tazón de leche caliente y un albornoz amarillo pollo. Tiene razón, la lluvia sólo moja y me da por repetir en voz alta lo que dice Paulina por la tele...
http://www.youtube.com/watch?v=-K_kcCWh3yQ
Pdt. La Rubio ha desaparecido y tal vez por eso me fijo en Manuel Carrasco y Malú cantando 'Que nadie'...
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