viernes, 22 de marzo de 2019

El mundo que se nos tuerce

A lo lejos flores rojas. De esas que siempre quedan bien en las fotos. Por contraste, se ven bien porque destacan entre tantos grises como hay en esta vida que nos ha tocado. Y es que parece que últimamente nada termina de salir como debiera. Todo son malas noticias, traspiés. Uno tras otro. Pero no se puede hacer nada contra el devenir de las cosas, nada contra el destino. Solo encogernos de hombros. Y aquí estamos, intentando colorear un mundo que poco a poco se nos tuerce. Que se nos va de entre las manos. Deben ser cosas de la edad… Sí, eso debe ser porque a veces me despierto como si tuviera ya cien años, cien años de tristezas acumulados en los huesos…

La llama, de Nena Daconte.

martes, 19 de marzo de 2019

Van a lo suyo

Un martes más, un trece más. Aunque no lo sea… Desde hace unos días he dicho basta porque, en el fondo, ya no puedo más, no puedo seguir yendo a contracorriente. Siempre haciendo lo que dicen los que solo van a lo suyo. Para cuándo yo, me pregunto mientras trato de zafarme de lo que me está atormentando el pecho y no me deja respirar. Tampoco conciliar el sueño. Les entiendo, pero ya no puedo seguirles, no quiero hacerlo más. Hay días en los que simplemente no sé qué diablos hacer…

Esa mujer, de Diego Torres.

Pd. Tal vez otro día las palabras sean más claras...

viernes, 15 de marzo de 2019

El tiempo

La vida vuela y el tiempo se esfuma. Casi nadie le da mucha importancia, pero quizá sea lo único que tenemos: tiempo. Es vital para sentirnos vivos, aunque entre unas cosas y otras no podamos disfrutarlo. Ya nos quejaremos cuando no haya remedio, cuando sea demasiado tarde. Mientras unos intentan arrebatárnoslo, el tiempo es lo único que verdaderamente nuestro. Aunque no se toque ni se pueda asir… es nuestro.

Nadie como tú, de Atacados.

martes, 12 de marzo de 2019

Miedo

Miedo a tener miedo. A lo nuevo, al cansancio de volver a empezar. Miedo. Simplemente eso. A que todo cueste demasiado, a que el tiempo se agote. Más que nosotros. A todo eso. A que la vida sea esto. Al momento antes del momento. Y está el silencio y el vacío. A que no haya nada. A que no halle nada dentro, ni tampoco fuera.

Sin tanta ropa, de Rosana.

Pd. ¿Puede una canción decir tantas cosas bonitas?

viernes, 8 de marzo de 2019

El año del diluvio

Las leyes están hechas por los ricos para tener a raya a los pobres y conservar sus privilegios. A los ricos no les importa que la ley sea severa, porque no teniendo necesidades, tampoco tienen motivos para quebrantarla; es fácil ser millonario y decir: cien años de cárcel al que roba diez cochinos duros. Los jueces y los policías están al servicio de los ricos, y de la santa madre iglesia, mejor no hablar.

«El año del diluvio», Eduardo Mendoza.

Bailo la pena, de Macaco.

Pd. Algunas historias, como la vida, no tienen happy end.

martes, 5 de marzo de 2019

Traiciones

Traiciones. Me desperté pensando en todas las traiciones en las que he caído. No ha sido con rencor, solo para colocar cada cosa en su sitio. A veces este ejercicio es necesario para saber el terreno que piso. Recuerdo las primeras, cuando era apenas un niño y a las primeras de cambio dejaban de confiar en mí. Quizá esas fueron las primeras. Aunque cayera en ellas mucho tiempo después. A veces tomas con normalidad cosas que simplemente no lo son. Con seis o siete años no comprendes lo malo que puede llegar a ser que tus mejores amigos desconfíen de ti a las primeras de cambio. Con la edad descubres que el hecho de que finalmente tú fueras inocente no es suficiente porque sabes (en el fondo lo sabes) que a cualquier nuevo descuido hubiesen vuelto a darte la espalda… Quizá eso sea lo peor… 

Lobos, de Leiva.

viernes, 1 de marzo de 2019

Sin nada

Hay momentos de vacío. Sí, cuando de repente te quedas sin aquello que ocupó tus pensamientos día y noche. De repente te despiertas en la noche y no tienes qué hacer, ni qué soñar… Y ese vacío casi que te come y te quedas quieto, como cuando tenías miedo porque llegaba la tormenta. Y el estómago lo ocupa todo, el estómago sin nada, ahuecado…

Cuando éramos reyes, de Funambulista.