Cuando
todo sale mal, lo único que me salva es la música. Estar unos segundos
escuchando, respirándola. Cierro los ojos y creo que nada malo me puede pasar. Cuando
todo va mal y no tengo nada a lo que agarrarme, solo me tumbo y me dejo llevar
por una canción. Cuando no tengo salida, guardo silencio y me refugio en alguna
melodía, por tonta que parezca. Una que me ponga más triste. Solo así logro
apaciguar mis miedos, volver a la tranquilidad y engañarme acerca de que quizá
mañana todo vaya a ir bien... Solo así, con música.
Thinking out loud, de Ed Sheeran.