Uno. Todo comenzó de forma
casual. Sin fin claro, sin meta definida, pero bajo un cielo color azul.
Dos. Las primeras imágenes, los
primeros versos. Después llegaron los primeros lectores.
Tres. Contar más, con menos. Decir
exactamente lo que expresar. Ni más ni menos.
Cuatro. Y tocó la música. Las
batallas de la alegría.
Cinco. También apareció el
desgarro. El amor sin amor.
Seis. Todo se desmoronó. Hubo
que seguir adelante.
Siete. Del negro desnudo al
blanco con paraguas rojo y bajo un cielo de esperanza. Ahora es horizonte.
Ocho. Cerrado por vacaciones, los
silencios y los ceses temporales de convivencia.
Nueve. Las letras. Cuando los
libros hablan mejor de lo que se pudiera imaginar.
Diez. Nadie sabe qué sucederá
mañana.
Bonus. Este 19 de abril
este blog celebra su décimo aniversario. Un millón de gracias.