Había estado tanto tiempo sin decir nada, sin opinar,
sin expresar lo que realmente sentía que creyó que ya nunca podría hacerlo,
nunca más. Más que creerlo, tuvo la certeza de que así sería. Se lo dijo
mirándose de frente al espejo del cuarto de baño, justo después de arrodillarse
para rezar. Eso era lo único que calmaba esa sensación maldita de que todo se
terminará. Y quería rebelarse, de verdad, quería hacerlo. Quería dejar de
pensar en que lo negro se haría verdad, que pensar en que llegaría el milagro y
que todo se terminaría por enderezar. ¿Por qué estás conmigo pudiendo estar con
otra persona? ¿Por qué? Esas preguntas le taladraban el estómago, no quería
responderlas y no lo haría. Silencio y caras feliz. Solo anhelaba que la música
volviese a sonar, que sus pies bailasen y que las sonrisas dejasen de ser fingidas.
Regresó al salón y empezó a organizar la cena...
Ahora, de Said Muti
Pd. Esta canción me ha acompañado tanto... Gracias, Said...