Qué difícil es a veces arrancar, comenzar a escribir. Hay días en los que la página en blanco da miedo, se me convierte en precipicio. No es solo escribir, es algo más profundo. Dejar negro sobre blanco la verdad, lo que ha pasado y sobre todo lo que temes que suceda. No son solo letras juntas unas de otras, es la realidad, es exorcizar todo lo malo para que no vuelva y a la vez es rezar para que nos visiten solo cosas buenas. Sabiendo que poco depende de nosotros y que somos como hojas secas a merced del viento de invierno. Tiempo habrá de recordar el dolor, las lágrimas y el vacío, pero no hoy. Hoy toca mirar de frente a lo que viene. Aquí estamos. ¡Feliz 21!
El fin del mundo, de La La Love You