Todo lo que contiene esta entrada es falso. Nada se corresponde con la realidad. Es una invención a partir de unos deshechos inciertos.
El presidente quiere llegar para poder sacarse la foto con las palas y los pladures. Quiere ser quien salga en las portadas de los periódicos y abriendo los informativos de las privadas. Se compra los billetes y está todo listo, pero cuando llega no hay ni palas, ni contrachapados. No hay nada y debe volver a vender lo que ya había vendido en su anterior visita. Lo hace y al final logra las portadas del sábado y domingo. Mereció el esfuerzo, bendita banalidad. Los camiones y los tablones llegan el miércoles, o eso dicen. Un consejero aprovecha un viaje y se saca la foto con el primer movimiento de tierras y, ya que está, entrega las llaves de varias casas. Todo marcha, todo va como tiene que ir, dice. Los receptores de las viviendas aceptan sacarse la foto. Eran las doce del mediodía. Cuando las cámaras se van, comienza a oscurecer y las familias caen en la cuenta de que no hay ni luz, ni agua. Regresan al hotel, a la caridad. Y pasan los días.