sábado, 4 de junio de 2011

Sostenible en el tiempo

La habitación está vacía. Las flores resecas siguen sobre la mesa en el jarrón chino, dándole el toque de decadencia imprescindible para que aquello no se borrase con el paso de los días, para que lo que sentía fuese sostenible en el tiempo. Miraba la tele sin sonido. La caja tonta también estaba cansada de tanto ruido. Echaban videos de los ochenta. Cogió unos apuntes pasados de fecha y los hojeó un rato. Sin saber muy bien cómo fue ahí la primera vez, después de tanto jaleo, en qué se preguntó por la otra parte. ¿Qué piensas? ¿Cómo te sientes sabiendo que no me quieres y ves cómo me voy apagando poco a poco? ¿Qué estarás haciendo ahora? ¿Qué te pasa cuando dejas de amar y no sabes cómo decírselo a alguien que cada día lo hace más? Después no hubo más hojas que mirar. Los anuncios cutres volvieron a la pantalla y su vaso se quedó irremediablemente sin agua. Quiso descansar, dejar de darle vueltas a lo mismo, pero atisbó la corbata anudada. Estaba colgada en la silla marrón y no pudo contenerse, fue hasta ella y la cogió con energía para llevársela a la nariz, para olerla hasta morir. Era de él, pero sin él...


Pdt. Extraña esta 'Mentía' de Miranda...

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