lunes, 3 de septiembre de 2012

Infinito

Iban por los caminos del oeste sin prisa y sin rumbo obligatorio, cambiando la ruta de acuerdo al capricho de un instante, al signo premonitorio de una bandada de pájaros, a la tentación de un nombre desconocido. Los Reeves interrumpían su errático peregrinaje donde los sorprendiera el cansancio o encontraran a alguien dispuesto a comprar su intangible mercadería. Vendían esperanza.

El plan infinito, Isabel Allende.

2 comentarios:

Romina dijo...

compro, compro !!

Ce Castro dijo...

Eso siempre está bien... ;)