domingo, 9 de diciembre de 2012

Un segundo de sosiego

Suena una música y se oyen aplausos. Hay mil luces de colores que giran y lo iluminan todo. Por las pantallas de televisión se ven fotografías antiguas de gente que parece feliz. Los que aplauden también lo parecen. Un señor de traje se acerca desde el fondo al escenario y su efímera sonrisa desaparece justo cuando se pone delante de una cámara. Comienza a hablar en un idioma extraño, parece nórdico. Se vuelven a oír palmas y entra una joven descocada que le da la mano y le sonríe. La chica comienza a desvestirse y la imagen se funde en negro. M despierta sin aire y no atina a saber dónde está. Cuando sus ojos se acostumbran a la oscuridad comienza a reconocer su cama, su mesilla de noche y su cortina. Poco a poco recupera la tranquilidad e intenta volver a dormir, pero el recuerdo de su pesadilla no le deja. Sólo hubo un segundo de sosiego, pensar en su barba, en sus ojos azules y en su piel…

3 comentarios:

FranBoone dijo...

Me encanta la historia. Sigues manteniendo la esencia, desde la primera historia :)

Romina dijo...

qué desasosiego el de M !
yo solo tengo sueños con ojos almendrados :)

Ce Castro dijo...

Gracias FranBoone. Muchas gracias por tus palabras. A veces no es sencillo continuar, pero intento hacerlo cada vez un poquito mejor. Intuyo Romina que esos sueños con ojos almendrados son buenos sueños, así que muchas felicidades y gracias por no dejar de pasar por aquí. Un abrazo a los dos.