viernes, 11 de julio de 2014

Lilibeth, Lilí e Í

Siempre quiso llamarse Lilibeth, desde pequeño. Nunca supo muy bien la razón, pero desde que recordaba vivió con aquel extraño anhelo. Por eso, cuando le preguntaban cómo se llamaba decía alto y claro: Lilí. Y aquella última i con tilde se quedaba en el aire envuelta en una nebulosa sonriente. Algunos le miraban extrañados, otros disimulaban y los menos le pedían un té caliente.

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