viernes, 11 de noviembre de 2016

Sin cortador de pizza

Cuando los cables se enredan es complicado desenredarlos. Igual que cuando las pizzas se quedan sin queso. A veces la vida nos lleva por terrenos complejos. A veces la vida es un pelín traicionera. Lo que toca cuando pasa eso es respirar hondo y admitir que son con estos con los bueyes que toca arar. No siempre tenemos cortador de pizza y por eso no nos íbamos a quedar con hambre…

Una vez más, de David Otero.

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