martes, 18 de diciembre de 2018

La vida sin la salsa de aguacate

Era una chica que no se detenía un segundo, que correteaba siempre de un lado a otro con su moño y sus dientes. No concebía la vida sin la salsa de aguacate, que colaba en todas partes. Era práctica, siempre pendiente de las gangas y que cada noche que salía volvía a casa con un hombre diferente. Ahora es una señora de derechas, que no entiende su día a día sin rezar a su dios y cuyo útero es el centro de su universo, uno inmaculado, bendecido por las estrellas. A melena suelta habla como una doña de cincuenta, con traje de chaqueta y pulseras. Pulseras por todas partes. No queda nada de aquella chica del pasado…

No pasa nada, de Ha-Ash.

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