Los vasos están llenos, listos para que nos ahoguemos en ellos. Cualquier tropiezo basta. Una mínima chispa y nos hundimos hasta el fondo. Ya no damos pie. Perdidos completamente, esquivando las lágrimas, los recuerdos, la soledad... Y solo tienes ganas de llorar, unas ganas inmensas. Hacerlo hasta el puto final. Eso quieres. Ni siquiera la Casa Azul te rescata esta vez. Haces balance y solo encuentras apaños y estás harto. De esas cosas que no van bien, que un día dejan de andar. Y solo hallas soluciones provisionales, apuntaladas hasta que aguanten. Las alegrías ya no son suficientes. La carcoma lo ha devorado todo. Esto acabará antes que después, piensas. Eso piensas...
sábado, 29 de julio de 2023
domingo, 14 de mayo de 2023
Flotando en el aire
miércoles, 19 de abril de 2023
5844 días juntos
jueves, 13 de abril de 2023
La carrera
Corre, corre sin aliento, corre sin descanso. Sin nada que alcanzar. Desde hace meses se siente como en una competición sin premio ni meta. Como si no hubiera nada más adelante. No lo piensa siempre, solo en los tiempos muertos, justo antes de dormir o al despertar. En la hora de la comida y también en la del descanso. Mira a su alrededor y no hay nada. Un enorme hueco en mitad del piche. Su vida ahora es como si fuese una lavadora sin el botón de terminar, siempre centrifugando la ropa sin descanso. La ropa desgastada, el suavizante yéndose por el desagüe y la manguera del agua corroída por la cal. No hay última curva, ni tampoco carril rápido, en su carrera solo hay olvido. No oyó el pistoletazo de salida, tampoco la salida en falso. No ve a los jueces que sacan tarjetas de colores, ni liebre a la que perseguir. Se queda sin aliento, su cabeza no tiene descanso. Desde hace meses, no hay nada.
lunes, 13 de marzo de 2023
sábado, 25 de febrero de 2023
Que nada te toque
Cuando las luces se apagan, no queda nada. Así, día tras día. Llegas a la oficina a las ocho y desconectas como si fueras otra persona distinta hasta las cuatro. Ríes, hablas, comentas, escribes, escuchas… A las cuatro y cinco regresa el vacío, la inmensidad de la nada. Los regresos son terroríficos. Un desierto en el que solo hay suciedad y polvo. Y no quieres mirar atrás porque es como si te abrieran en canal, como si te partieran en dos y ese dolor no te deja vivir. Ya no quieres. Es tan inmenso que no hay vida, ni muerte. Se te agolpan los recuerdos, los buenos y también los malos y las lágrimas se desbordan. Sin ton ni son, imparables. Sin que pase nada extraordinario, solo los segundos en el reloj de la cocina. Tic tac, tic tac. Y lloras, y ya solo quieres una cosa: dormir. Acostarte en la cama libre de todo lo que pueda suceder, sin que nada te toque, sin que nada te dañe. Bajo el edredón estás a salvo de lo malo, de la tristeza. Y quieres que los días se sucedan, que el tiempo no se detenga, que avance, aunque ya el calendario no te importe. Protegido bajo las sábanas, ya todo da igual...
martes, 21 de febrero de 2023
Salto de generacional