sábado, 20 de diciembre de 2025

Expuesto al otro

Expuesto. Justo en ese lugar en el que el viento sopla desde todas las direcciones. La marquesina de poca lluvia me cobija. Y cuando el sol azuza no hay escapatoria. Así siento, totalmente desnudo, expuesto a las cosas de la vida cotidiana, como si alguien me hubiese puesto en situación de sufrir todo el daño y perjuicio. Sin defensa alguna. Desprotegido como un poste mal puesto, como un reloj apunto de agotarse o como el callao al final de todos los barrancos. Y esta exposición que en otro mercado me hubiera sido plenamente satisfactoria, hoy parece un dolor extremo. Mejor hubiera sido estar expuesto a conocer al otro, a disfrutar de las pitayas o descubriendo ese color tan extraño de los caquis de invierno. Esa vulnerabilidad deseada para que otro mundo entre en mí. Esa es la que anhelo. Y no esta otra que deja siempre un regusto en la boca de estar a los pies de los caballos… En mitad de una redacción donde todos piensan distinto. Comiendo con desconocidos y riéndoles chistes sin gracia. Sabiendo que el tiempo ya se ha agotado y que todo es cuestión de un golpe de mar. A merced del oleaje.
 
Lo que voy a mentir, de Xerach 

 

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