martes, 2 de noviembre de 2010

Palabras escritas

Lo admiró desde siempre, desde que tuvo usos de razón. No lo conocía. No sabía nada de él, sólo de sus letras: las juntaba como nadie. Y así, poco a poco, y leyéndole fue aprendiendo a quererlo. El amor fue tal que hubo un día en el que dejó de ser para convertirse en él. Quería bajarle la luna antes de que la pidiese, barrerle los caminos de piedras tontas y acunarlo para que durmiera tranquilo. Quiso hacer todo eso porque sus letras, sus palabras escritas en negro sobre blanco merecían la pena. Un octubre, con las primeras lluvias del otoño, se lo tropezó en una librería. Para verlo bien y comprobar que sus ojos no le engañaban se escondió tras un estante y allí confirmó su tesis: era él. Se acercó, comenzaron a hablar y todo fue increíblemente maravilloso. Sí lo fue hasta que se dio cuenta de que el escritor no tenía nada que ver con el hombre y viceversa. Aquel ser capaz de juntar las palabras de tal forma que los relojes se detenían y los perros dejaban de ladrar no se parecía nada al real, al que tenía en frente: mundano, cobarde y mentiroso. Débil. Pero él no tenía la culpa de ser como era. No la tenía, pero logró que todo el amor se convirtiera en rencor y cuando éste aparece ya nada bueno nace, sólo malas hierbas y así la luna se escapó un martes, los senderos se llenaron de maleza y cuando le acunaba se le cayó de entre los brazos y, roto, ya no quiso verlo nunca más.

http://www.youtube.com/watch?v=4Kvd-uquuhI&feature=channel

Pdt. Regresa Thirty Seconds To Mars con 'A Beautiful Lie'

2 comentarios:

Raquel Bazán dijo...

Me gustó lo que escribiste.
Soy de otra época pero pinché en el enlace que haces al grupo musical y también me gustó. Gracias por compartir.
Raquel

Ce Castro dijo...

Muchas gracias a ti por pasearte por aquí. Las puertas siempre estarán abiertas independientemente de las épocas. Un abrazo.