sábado, 9 de abril de 2011

Me encojo de hombros

Sin rastro. Tanto tiempo después de ti, ya no queda nada. Rebusco, rebusco una y otra vez, pero no encuentro nada en mí. Quizá sea cierto aquello de que el paso de los días lo cura absolutamente todo... por muy grandes que hayan sido los dolores. Te atisbo entre el gentío. Vas igual que antes, con una de esas camisetas sosas y los vaqueros gastados, y es eso lo que me produce apatía, que tanto tiempo después en nada hayas variado. Intento hacer como que me da igual que llueva o truene, a pesar del sol de agosto que se ha mudado a este abril. Noto como me esquivas y eso me reconforta. ¡No sabes cuánto! Para algunas cosas regresar al pasado es un fastidio. De todo aquello han pasado seis o siete años, no lo recuerdo bien, ahora es como una nebulosa. Sólo me quedó la enfermedad de Pfeiffer y las facturas del hospital. Y el mundo se hace chico y no te queda más remedio que saludarme. Me sonrío porque el destino nos pone obstáculos que siempre debemos saltar. Tu voz es extraña ahora, dices cosas: una tras otra y me da por pensar que en un par de meses te quedarás calvo. Intento volver a la realidad, poner asunto a tus palabras, pero me resulta harto complicado. Ya no puedo. Demasiados segundos, quizá. El tiempo arrasó las mentiras y las desiluciones. Sacas pecho, te pavoneas un poco y ante la ausencia de sentimiento me encojo de hombros. Después sigues tu camino y comienzas a hablar con un chico de ojos verdes. También te liquida en unos segundos y tras eso te vuelvo a perder la pista...

http://www.youtube.com/watch?v=IzF32qOm9LQ

Pdt. Tras unos días de silencio llega Bebe y su 'Siempre me quedará'.

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