jueves, 26 de septiembre de 2013

Los pies fríos

Después del día cae la noche implacable. Escondido tras su ventana ojeó las luces de la sucursal bancaria que habita debajo de su casa y los otros portales, siempre vacíos. No vio a nadie, quizá se hayan ido lejos, a un sitio donde toque bailar o simplemente maquillar las tristezas de este mundo. Los gritos de don Lucas, enfermo y encamado desde hace años, le arrullaban en sus peores momentos. Y no sabía qué le tocaba hacer ahora. No tenía sueño y no quería sentirse triste. No quería, no lo quería con todas sus fuerzas, pero no podía evitarlo. Simplemente se encogía de hombros y se mantenía suspendido en el aire. Tenía tanto miedo a no poder con el amanecer, que inmovilizado sólo dejaba que las horas pasasen, una tras otra. Miraba sin aire al techo buscando luz, pero todo estaba a oscuras y sabía que todo pasaría, que el sol regresaría más pronto que tarde, aunque ahora tuviese los pies fríos. Demasiado fríos, congelados de pena. Volvió a mirar por la ventana para no echar de menos a los que se habían ido justo cuando el barco comenzó a hundirse. Los apestados no tienen salvación, se dijo y comenzó a llorar recordando los buenos momentos, las risas, el sol... A veces sabía que debía rebelarse, que no está bien eso de mendigar afectos, pero la soledad golpea fuerte y lo asfixia todo. Era yermo. Algún día comenzaría a caminar, se prometió.

'Caminar', de Dani Martín

martes, 24 de septiembre de 2013

Mirando al sol

Se había levantado dando gracias a dios por seguir vivo. Desde hacía días sentía algo extraño en el corazón, como una punzada, y aunque no lo dijera en voz alta temía que su tiempo en este mundo se estaba acabando. Los miedos atenazan y te impiden vivir, pensó mientras miraba la vida por una de las rendijas de la puerta del balcón. “Gracias”, repitió mirando al sol y sabiendo que nada malo pasaría hoy.

martes, 17 de septiembre de 2013

Zarpazos

A pesar de los zarpazos que da la vida, le apetecía seguir vivo, alegre y en medio de sus buganvillas. Aún estaba dolorido, lo sabía, pero ello no era obstáculo para cerrar los ojos y soñar cosas bonitas. Todo lo malo finalizará y comenzará un tiempo nuevo, mejor donde las heridas sanen y las sonrisas se conviertan en perennes.

'Treasure' de Bruno Mars

viernes, 13 de septiembre de 2013

Quizá ya esté todo escrito


Quizá ya esté todo escrito, pensó Maik al despertar. No había pasado buena noche. Había dormido unas horas, cinco, y se levantó con el mal sabor de boca que dejan las pesadillas y el saber que su futuro no pintaba demasiado bien. Se había quedado sin trabajo hace unos meses, ocho ya, y estaba empezando a perder la esperanza de encontrarlo. Cuando le dijeron que no seguiría en Seguros Allart S.A. no se lo esperaba, fue una especie de jarrón agua fría que le empapó hasta el tuétano. Adiós a sus 993 euros al mes, pagas extra incluidas y sus 54 horas de trabajo semanales. Se quedó paralizado unas semanas. No sabía a dónde ir, ni qué hacer. La crisis duraba demasiado. Seis largos años, con sus noches. Esas noches largas y en los que la angustia se quedaba aferrada a su garganta para no dejarle respirar. ¡Cuánto habría dado por un copazo de whisky! Pero no eran buenos tiempos para la lírica... Sin lugar a dudas, no lo eran y ahora se sentía atrapado por la pesadez de los malos pensamientos. El pesimismo se había apoderado de aquella ciudad maltrecha y de sus vecinos. Ya casi nadie reía. Tampoco daban los buenos días. No hacían nada. Por no hacer, ni siquiera protestaban en la calle. Nadie se quejaba. Nos habían quitado la esperanza, masculló apesadumbrado ante la certeza de que sabía que el dinero, sus ahorros, se le estaba acabando. ¿Y después? Prefería no pensarlo. Intentaba respirar calmo, pero era difícil. Estaba cansado de ver en las noticias a gente que lo había perdido todo: sus casas, su familia, todo. Estaba muy cansado. Pero lo que realmente le atemorizaba es que no veía el camino por dónde seguir y nadie le ayudaba. La palabra desempleado era una losa muy grande, casi infinita y al oírla casi todos huían despavoridos, no querían, ilusos, que nada se les pegase. Otros, más comprensivos, daban consejos vanos sobre lo que harían en tu situación, emigrarían a Alemania o montarían algo por su cuenta. Es tan fácil hacer cosas sin tener una soga al cuello..., sabía Maik. Lo había aprendido a fuego. Y en esas estaba intentando que el desánimo no le venciera la batalla, ni la guerra, pero no era una empresa sencilla. Quizá ya esté todo escrito. ¿Y si es así, qué me quedará por contar a mí?
 

viernes, 6 de septiembre de 2013

Septiembre

Septiembre. Parece que al final ha llegado. Sí, con sus días que empiezan a ser más cortos, con sus árboles amarillentos y con la gente agotada de que no haya tijeras, ni retales que cortar. Septiembre. Tenía que llegar y pero tenía que ser justo ahora. En este tiempo todo está revuelto, el pasado definitivamente se ha ido y el presente es un páramo. Yermo. Totalmente muerto, dónde no hay sueños. Septiembre empieza y un poquito de mí se muere...

'Supersonic', de Oasis